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Victoria Beckham develó el domingo su última colección en Nueva York, donde abandonó el negro de su predilección por los vibrantes colores de la plasticina y unos zapatos sin talón con brillos que llevan el nombre de su hija.

'Es plasticina, es helado, pero no es demasiada sacarina', dijo sobre los nuevos colores en una charla con periodistas tras bambalinas, al finalizar el desfile en el Cipriani, en el centro de Manhattan.

'No es para nada demasiado dulce. Es simplemente la cantidad correcta', estimó la diseñadora británica.

Los invitados recibían la bienvenida en una gloriosa mañana soleada con vasos altos de té helado de menta y gengjibre, y eran acompañados rápidamente a sus asientos en el imponente salón de mármol.

El esposo de la diseñadora, la exestrella del fútbol David Beckham, se sentó en primera fila, entre el nuevo editor de British Vogue, Edward Enninful, y el hijo mayor de los Beckham, Brooklyn, de 18 años, que es estudiante de la prestigiosa Escuela Parsons de Diseño en Nueva York.