La moda agitó la bandera feminista durante la Semana de desfiles parisinos que finaliza este martes, marcada igualmente por el apoyo a causas solidarias y unas tendencias que celebran desde las flores hasta los pasamontañas.
Los diseñadores, con el #MeToo
La directora artística de Dior, Maria Grazia Chiuri, dio nuevamente un cariz abiertamente feminista a su desfile inspirado en el espíritu revolucionario de Mayo de 1968, con una escenografía reivindicativa, con lemas como 'Los derechos de las mujeres son derechos humanos'.
Con un homenaje a la pintora Elisabeth Vigée-Lebrun, retratista de María Antonieta, el diseñador estadounidense Thom Browne presentó una colección de siluetas imponentes, con caderas redondeadas. Las formas 'evocan el poder y la fuerza'. 'Es mi contribución a lo que pasa en este momento', dijo el modisto.
La diseñadora francesa Agnès b mostró su apoyo a la campaña del #MeToo. 'Había que hacerla', dijo tras su desfile. En la moda desde hace 40 años, la modista destacó que en su firma siempre hay una cabina para que las modelos se cambien de ropa y 'no estén bajo los ojos de todo el mundo'.
Las mujeres 'nos están inspirando' con esta campaña, señaló por su parte el indio Rahul Mishra. 'La industria de la moda será más fuerte con mujeres más fuertes'.
Las buenas causas, en boga
Otras firmas abrazaron causas solidarias, como Balenciaga, que lanzó una asociación con el Programa Mundial de Alimentos, cuyo logo aparece impreso en sudaderas, cortavientos y riñoneras. La firma se comprometió a donar el 10% del precio de estas prendas a este organismo onusiano que lucha contra el hambre en el mundo.
Lacoste se alió por su parte con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) para sacar una edición limitada de su clásico polo, en el que el célebre cocodrilo cede su lugar a varios animales en vías de extinción. Las prendas, vendidas a 150 euros, se agotaron en pocas horas en internet.
¿Revolución tecnológica a la vista?
Con la vista puesta en las nuevas generaciones, las firmas de moda experimentan con nuevas tecnologías y tejidos. Demna Gvasalia, director artístico de Balenciaga, concibió por ejemplo una chaqueta de cadera rígida y exagerada, gracias a una técnica que permite escanear los cuerpos en 3D, modificarlos y hacer moldes.
El británico John Galliano sigue por su parte inventando para Margiela y como ya hizo en el desfile anterior de alta costura, cautivó al emplear una técnica que permite dar colores brillantes a los materiales transparentes.
El plexiglas y el PVC van ganando terreno en la pasarela: el director artístico de Paco Rabanne, Julien Dossena, reinterpretó la emblemática cota de malla de la firma utilizando piezas de plexiglás y metal hilvanadas con remaches.
Balmain y Rahul Mishra también apostaron por el PVC.
Delicadeza floral
Los diseñadores orientaron su inspiración hacia la naturaleza, en especial, hacia el mundo floral y vegetal. En una colección marcadamente otoñal, Chanel imaginó estampados ocres y anaranjados, de la misma forma que Dior decoró algunas de sus prendas con flores hippies.
El libanés Elie Saab confeccionó una colección que se remite a un ramo de invierno y la marca Leonard sacó un nuevo motivo de flores de pequeños árboles. El indio Manish Arora propuso estampados florales de colores radiantes.
Pasamontañas y fulares
El pasamontañas y sus múltiples declinaciones destacó en pases como los de Dior, Lanvin y Chanel, así como los fulares en Gucci, Balenciaga y Agnès b, anudados alrededor del cuello, de la cabeza o incluso colgando de un pendiente como en el debut de la francesa Marine Serre.