Cuando vieron en la colección de Dior una prenda muy similar a su traje tradicional, los artesanos de la región rumana de Bihor se quedaron estupefactos. Pero hoy, se frotan las manos, pues los pedidos han empezado a aflorar.
Para ellos, no cabe duda: una modelo de la famosa casa de alta costura estaba vestida, en el catálogo otoño-invierno 2017, con un 'cojocel binsenesc', un chaleco de piel de cordero vuelta, decorado con bordados de vivos colores y forrado en piel negra, como el que lucían sus ancestros en las grandes ocasiones.
'Ese día, publiqué mi primer comentario en Facebook, agradeciéndole a la casa Dior que hubiera apreciado ese bello objeto', declaró a la AFP Dorina Hanza, una bordadora de 52 años.
Hanza y otros artesanos de la región, en el noroeste de Rumania, no fueron los únicos sorprendidos por el parecido, pues los medios locales denunciaron un escándalo y acusaron a Dior de 'robo'.
'Desde entonces, todo el mundo quiere uno', se congratula Ana Florea, animadora de un club de artesanos de Beius, cerca de la frontera húngara. Algo completamente justo pues 'ese chaleco es el nuestro al 100%', subraya.
'Deberían haber dicho: se lo tomamos prestado al pueblo rumano', apunta Hanza, contenta pese a todo de que esto haya servido para dar a conocer al cojocel. 'Si no, la tradición se habría perdido'.