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En plena ola de movilizaciones contra el cambio climático, la Semana de la Moda de París arrancó ayer con los buenos propósitos ecologistas de Dior y una protesta de activistas para denunciar el impacto del sector en el medioambiente.

La industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta y la presión social está llevando a las históricas firmas a movilizarse para dar una imagen más amigable con el medioambiente.

Más de 30 grandes grupos mundiales del textil, desde el gigante del lujo Kering hasta la española Inditex (Zara, Massimo Dutti...) lanzaron el mes pasado en el marco del G7 de Biarritz un 'pacto de la moda' para comprometerse a emprender acciones que contribuyan a limitar el calentamiento a + 1,5 ºC respecto a la era preindustrial.

Gran ausente de esa coalición, el grupo LVMH, rival de Kering, tomó la iniciativa en este arranque de la Semana de la Moda de prêt-à-porter para la próxima primavera-verano, que coincidió con la cumbre de la ONU en Nueva York sobre cambio climático.

Una de sus marcas principales, Dior, reveló en Instagram el mensaje ecologista que marcará su desfile hoy. 

La diseñadora italiana Maria Grazia Chiuri, hasta ahora más movilizada por el feminismo que por el medioambiente, presentará una colección en un jardín poblado de 160 árboles, que serán replantados posteriormente en París. 

Dior pareció a la vez tomar nota de las críticas que se llevó Chanel tras su desfile de marzo de 2018 en París, cuando el ahora fallecido Karl Lagerfeld recreó un bosque otoñal. 

El decorado irritó a la federación France Nature Environnement, que calificó la tala de árboles para el pase de 'herejía'. Chanel afirmó luego haberse comprometido a replantar 100 robles.

La cita más importante de la industria de la moda fue precedida además por una simbólica protesta de la asociación de defensa de los animales Peta. Con la Torre Eiffel como fondo, varios militantes se vertieron cubos de 'barro tóxico' sobre el cuerpo para 'recordar a los representantes de la moda de todo el mundo que el cuero es un negocio sucio'.

'La industria del cuero produce residuos tóxicos peligrosos y es responsable de la muerte de más de mil millones de animales anuales para producir complementos de moda que están destruyendo el planeta', dijo una militante de Peta, Marie-Morgane Jeanneau.

Por otra parte, el verde y los motivos vegetales dominaron el desfile ayer de la japonesa Mame Kurogouchi, que se estrenó en la Semana de la Moda parisina.

Con una apuesta abiertamente marcada por la naturaleza, la diseñadora nipona, que creó su propia marca en 2010 tras haber trabajado con Issey Miyake, se valió de la malla para crear superposiciones en conjuntos elegantes y fluidos.