Dior empoderó este lunes a la mujer, al enviar un ejército de deidades feministas a desfilar en el vientre de una monumental escultura de una diosa madre, en el arranque de la Semana de la Alta Costura en París, de la que se despedirá Jean Paul Gaultier.
'¿Qué pasaría si las mujeres gobernaran el mundo?', se preguntó la directora artística Maria Grazia Chiuri en este desfile al que los asistentes accedieron a través de la 'vulva' de La mujer divina, una obra concebida por la artista estadounidense Judy Chicago, en el museo Rodin.
'¿Los hombres y las mujeres serían iguales?' '¿Habría violencia?' '¿El planeta estaría protegido?', inquirían al público unos estandartes colgados en el interior.
Chiuri ha hecho de sus desfiles verdaderos alegatos en favor de la mujer, empezando por la camiseta que popularizó con el lema We should all be feminists (Todas deberíamos ser feministas), en su debut con la firma de lujo en 2016.
Pero en esta ocasión, la diseñadora italiana lo dijo si cabe todavía más alto y claro. Se asoció con Chicago, una veterana artista feminista, para crear este templo de 75 metros de longitud que representa una inmaculada diosa madre tumbada.
Soñar en grande
Dior 'me animó a construirla, a soñar en grande para realizar esta diosa que quise hacer en los años 1970, pero no pude', señaló a la AFP Judy Chicago.
'El poder de las mujeres no es solo el de la reproducción', también es el de la 'creación', dijo por su parte Chiuri previamente al desfile, al que asistieron actrices como Sigourney Weaver, Uma Thurman, Kristin Scott-Thomas y Monica Bellucci.
'Durante mi juventud en Italia nunca encontraba a mujeres en los libros de historia del arte. Estaba Giotto, Rafael, Botticelli, pero nunca una referencia femenina', explicó a la AFP la directora artística.
Esta colaboración con Chicago persigue 'decirles a las jóvenes que también hay referencias artísticas de mujeres, que ellas también pueden lograrlo, que como mujer tu vida no está predeterminada a ser (solo) madre', dijo.
Diosas clásicas resplandecientes con vestidos dorados tomaron la pasarela en un impecable ejercicio de sobria elegancia, característica de la casa francesa.
'Me inspiré en las clásicas estatuas de diosas de mi infancia en Roma', dijo la diseñadora.
Flecos, pliegues, nudos, cinturones trenzados... la colección de alta costura para la próxima primavera-verano viaja a la antigua capital del imperio romano para presentar delicados vestidos de noche pensados para la alfombra roja.
Domina el dorado, pero también los plateados y el rojo. Apenas hay bordados o estampados, el look es minimalista, rematado por finas hojas de laurel de oro que se llevan como pendientes o collares.
Balenciaga llama a la puerta
Balenciaga comunicó sus planes de acceder a la prestigiosa pasarela de la Semana de la Alta Costura.
'Venimos de allí y volvemos después de más de cincuenta años', dijo su director artístico, Demna Gvasalia, al diario francés Le Figaro, en alusión a la firma fundada en 1917 por el español Cristóbal Balenciaga.
'Lo he estado pensando desde que llegué a Balenciaga en 2015. Fue, para mí, una de mis misiones', explicó el georgiano, pocos meses después de haber anunciado su partida de su exitosa marca de ropa callejera, Vetements, para concentrarse en la firma propiedad del grupo Kering.
Presentará su primera colección en julio, si bien la Federación francesa de Alta Costura y de la Moda no confirmó por ahora su inclusión en el programa de desfiles.
La alta costura nació en Francia en el siglo XIX y se caracteriza por prendas confeccionadas a medida.
Emplea tejidos nobles y no es inhabitual que se requieran miles de horas de trabajo para una sola pieza. El precio es consecuente: un vestido puede alcanzar los 100.000 euros.
Sólo 16 firmas, como Dior, Chanel y Maison Margiela, ostentan esta apelación jurídica otorgada por el gobierno francés. El resto de marcas presentes en esta Semana tienen el estatuto de 'invitadas'.