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Una niña desafía a su familia religiosa y se topa con una cultura liberal de la que no querrá huir. Amy, una adolescente fascinada por las coreografías de baile de su vecina y su grupo de amigas, chocará fuertemente con los valores tradicionales de su madre que profesa la religión islámica. Esta es la sinopsis de la película francesa Cuties, que ha sido objeto de controversia en las últimas semanas.

La pequeña Amy, con ansias de escapar de su realidad, se une a estas niñas bailarinas de twerking. Ahí descubre que se puede volver popular en las redes sociales mostrando su talento en el baile harán que sea más popular en redes.

La producción cinematográfica recibió el Premio a mejor dirección dramática y el gran premio del jurado en el festival de Sundance, entre otros reconocimientos.

Sin embargo, Netflix se vio obligado a cambiar la imagen y la sinopsis de la película, la cual profundizaba 'en el baile sexy de unas jóvenes adolescentes'. El gigante digital fue acusado de incitar a la pedofilia por un póster promocional en el que aparece una imagen 'sexualizada' de las niñas protagonistas en medio de una coreografía.

'Es una cinta premiada y una historia poderosa sobre la presión que las niñas enfrentan en las redes sociales y por parte de la sociedad mientras crecen', afirmó la plataforma de streaming que pidió disculpas públicamente a los usuarios.

Para la psicóloga clínica María Eugenia Reatiga, a sociedad moderna, ha inyectado en el subconsciente de los padres actuales, la necesidad de atribuir características de la vida adulta a sus hijas. Factores como los concursos de belleza, el mundo de la moda, el sexo prematuro hasta canciones con mensajes fuertes, son algunas de las causas de la hipersexualización.

Como 'miniadultas', las niñas son condenadas a la búsqueda del cuerpo y aspecto 'perfecto'. La moda ha traído consigo apariencias basadas en figuras imposibles y cánones que desnaturalizan lo humano, un vacío profundo que deja a la deriva la inocencia de las pequeñas, explica la profesional.

La psicóloga define a la hipersexualización como 'un fenómeno en el cual un menor se vuelve objeto de características sexuales precoces'. En últimas, una 'niña no está lista para responder en un sentido genital'.

En este mismo sentido, la experta en protección de niños y adolescentes en entornos digitales, Viviana Quintero, explica la hipersexualización como un factor de riesgo que impulsa a que las niñas consuman y produzcan 'contenido sexualizado y sean más vulnerables al abuso o explotación sexual'.

También enfatiza en que comúnmente, a las niñas se les atribuyen características, ademanes o comportamientos que corresponden a una visón sexualizada de la mujer. 'Hay atuendos que de cierta manera hacen ver a las menores de una manera más atractiva para el sexo masculino' comenta.

Específicamente, el auge del modelaje infantil ha desencadenado la preocupación de ciertas instituciones, voceros, y defensores de los derechos de los niños, generando cuestionamientos en torno a por qué las niñas deben estar maquilladas y vestidas como adultas en pasarelas de modelos profesionales.

Desde la psicología, señala Reatiga, podría afectar su desarrollo, su salud mental y psicológica, que pueden propiciar enfermedades como ansiedad, depresión, insatisfacción corporal, además de trastornos alimenticios, como anorexia y bulimia.