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Sumergida de pies a cabeza en el gran dilema que definiría su futuro profesional, acudía a la opinión de personas cercanas con la expectativa de que le dieran luces sobre cuál sería la mejor opción. Indecisa entre escoger Ingeniería Mecánica o Industrial, optó por la última luego de escuchar voces que unánimemente le 'aconsejaban' estudiarla.

Bastaron cuatro semestres cursados para que Lina Díaz se diera cuenta de que nunca debió desistir de su indiscutible afinidad con la mecánica. No desmerita ninguna carrera, pero afirmó que, de cierta manera, se sintió presionada por su entorno social a elegir la Ingeniería Industrial.

'Yo le comentaba a algunos que estaba entre esas dos carreras y la mayoría me decía que mecánica era más para hombres, hasta una profesora me lo dijo. Cuando comencé Ingeniería Industrial di muchas materias relacionadas con la Ingeniería Mecánica y caí en cuenta de que eso era lo que realmente me gustaba' dijo Díaz.

Históricamente en las STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) –Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas– prevalece la cantidad de hombres en las aulas de clase, pero 'son estereotipos que no deberían influir al momento de una persona escoger una carrera', comentó.

Sin presión

Aleina Gazabón, estudiante de octavo semestre de Ingeniería Electrónica, en su etapa colegial sabía que el camino que quería seguir estaba relacionado con esta disciplina, además, académicamente se destacaba en matemáticas.

'Estudié esta carrera porque siempre me ha interesado la electrónica por la parte de la creación, y esa conexión directa con la tecnología me parece muy interesante. Creo que puedo hacer un aporte significativo a la sociedad cuando me forme como profesional' manifestó Gazabón.

La joven de 21 años, considera que no hay un alto porcentaje de mujeres en las STEM porque 'falta un poco más de conocimientos sobre estas carreras. Asocian las ingenierías netamente con los hombres y suena cliché, pero si realmente es algo que te apasiona no debería afectarte como mujer por querer aplicar a ellas', señaló.

Lina y Aleina coinciden en que la elección de los estudios profesionales debería darse con base en información previa que debería darse dentro de los colegios.

Alicia García-Holgado, ingeniera informática con máster en Sistemas Inteligentes y doctora por la Universidad de Salamanca, España, participó de la conferencia ‘Futuro y STEM, empoderando a las jóvenes’, en el marco del evento Cátedra Europa 2020 de la Universidad del Norte, en la que pusieron sobre la mesa de conversación diferentes puntos importantes en torno al tema de la participación de las mujeres en estas carreras.

La ingeniera, en diálogo con EL HERALDO, describió que en los últimos años ha estudiado cómo es el panorama y 'son muy pocas las mujeres que estudian carreras STEM'.

'Desde mi puesto como estudiante, analicé la situación y poco a poco me fui involucrando un poquito más porque generó mucho interés en mí y ahora hace parte de mi línea de investigación'.

Impacto positivo.

Según García-Holgado, quien también es miembro del grupo de investigación GRIAL (Grupo de Investigación Reconocido de la Universidad de Salamanca) desde el año 2009 hay muchas iniciativas enfocadas en este tema.

La ingeniera explicó que la desigualdad de género en estos campos está relacionada con factores socioeconómicos, roles y estereotipos que se definen desde edades muy tempranas en la sociedad, 'así que no depende sólo de que las instituciones cambien la forma de explicar o de vender las carreras STEM', aclaró.

Desde pequeña, contó, sintió fascinación por la tecnología, 'podía pasar horas curioseando en el ordenador' que a los 13 años sus padres le regalaron. No fue víctima de la presión de ellos para que estudiara algo diferente a la informática que era lo que realmente sentía como su vocación; sin embargo, es consciente de que el machismo es una de las causas para que las mujeres descarten estas disciplinas, porque imponen sobre ellas determinados estereotipos.

La experta aseguró que 'en algunas universidades de ciertos países hay un porcentaje balanceado de hombres y mujeres estudiando en áreas de tecnología, pero esto mismo no se da en otras regiones del mundo, entonces es un problema complejo. Hay unos estereotipos muy fuertes asociados a las personas que estudian este tipo de carrera'.

De acuerdo con la investigadora, a nivel socioeconómico 'hay estudios por parte de la Unión Europea que dicen que se notaría una mejora sustancial si las mujeres se incorporaran a las áreas STEM y en particular a las áreas de tecnología'.

También resaltó que con su grupo de investigación está trabajando de la mano con Latinoamérica por lo que pronostica un impacto positivo, lo que supone más opciones y una mejora en la calidad de vida de las mujeres. De esta manera, se une al proyecto W-STEM que busca mejorar las estrategias y mecanismos de atracción, acceso y orientación de las mujeres en los programas de Educación Superior STEM de América Latina.

'Lo que queremos es llegar a una igualdad de género en este tipo de carreras aunque seguramente tardaremos muchos años', dijo García-Holgado.

Al respecto, la directora del equipo de W-STEM de Uninorte, la ingeniera de sistemas y computación Amparo Camacho, detalló que desarrollar el proyecto 'es un reto', debido a que con base a la experiencia de otros países, se han dado cuenta de que el impulso a estudiar estas carreras parte desde los colegios.

'Por esto es muy importante que las chicas no esperen hasta el último año escolar para pensar en la carrera que quieren escoger, así pueden comenzar a entender cuáles son las diferentes áreas de las STEM y perderle ese miedo'.

Según datos de la UNESCO, alrededor del 26% de los trabajos a nivel global en el sector de la tecnología y el 28% en el campo científico son realizados por mujeres. En estudios universitarios, al menos un 30% de las mujeres eligen alguna carrera STEM y se reduce al 15% si estas son consideradas dentro de las ciencias de la salud.

Equipo W-STEM, una vitrina para las barranquilleras

La directora académica de la División de Ingenierías de Uninorte y líder del proyecto W-STEM, Amparo Camacho, planteó la situación que vive el país y el mundo en relación con la baja participación de las mujeres en estas áreas y así mismo, el desempeño dentro de la industria laboral.

Camacho tomó como referencia esta institución y destacó que 'tiene aproximadamente una participación de las mujeres en estas carreras del 30%. Por ejemplo, hay seis tipos de ingenierías, en las que sistemas y mecánica son las que menor porcentaje de mujeres tienen, representando menos del 10%. Parece ser que estas son cifras que se replican mucho en otras universidades'.

El equipo W-STEM inicialmente estuvo conformado por mujeres ingenieras, con el tiempo se han unido otros expertos que trabajan de la mano con estudiantes por la extensión y promoción de las carreras STEM, con el fin de visibilizar a las mujeres en proyectos profesionales dentro de estas disciplinas.