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Fijarse en estereotipos y prejuicios no cabía en su óptica. Valentina Cortés considera que algunos factores culturales mantienen a las niñas y mujeres alejadas de los sectores relacionados con las carreras STEM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

La joven estudió Economía, y hoy con satisfacción cuenta sus logros ejerciendo su carrera. Apasionada por los temas de género, enfocó su tesis universitaria en la construcción del problema público en torno a la brecha de género en las carreras STEM.

'A pesar de que Economía no es una carrera considerada STEM por su componente curricular basado en matemáticas, por los estereotipos de los economistas que ocupan puestos de poder, no fue una decisión fácil escogerla (...) me sentí retada muchas veces y en varias ocasiones presencié esa brecha hacia mí u otras compañeras', relató Cortés.

En su trabajo investigativo descubrió que este tipo de educación es importante porque la innovación se da a través de las competencias que generan estas carreras. 'Si las mujeres no están incorporadas en estos espacios científicos de poder y decisión entonces estarán rezagadas', sostuvo.

El problema que Cortés planteó en su investigación es que la brecha se debía 'a un problema público' y social, y no a la elección autónoma de las mujeres.

Según la economista, la decisión individual de la mujer se ve motivada por una gran cantidad de variables culturales y socioeconómicas que influyen en su elección. 'Si la universidad no te lo impide, tal vez en tu familia y amigos hay una percepción de que estas carreras son para hombres', sustentó.