'Pensó que por tener un alto cargo en la institución yo debía acceder a sus invitaciones'. Estas fueron las palabras de una periodista barranquillera que relató su 'desagradable' experiencia . Recordó que en una ocasión el jefe de una importante institución en la ciudad le ofreció tener acceso a todas las informaciones y noticias de primera mano, a cambio de que ella cediera a sus pretensiones. Contó que cubriendo la fuente de judiciales, en varias oportunidades ocurrieron este tipo de situaciones que la hacían sentir más que 'incómoda'.
Otras dos mujeres, reporteras de importantes medios de comunicación que prefirieron no revelar su identidad, hablaron con EL HERALDO sobre este flagelo y afirmaron 'nunca' haber sido víctimas de la violencia machista en su vida laboral. Todas coinciden en que esta problemática 'es común' pero, según los casos que conocen, sus colegas prefieren callarlo.
De esta manera, teniendo claro que son muchas las historias por contar de mujeres víctimas de violencia en el medio periodístico, se sigue buscando sensibilizar a la sociedad sobre el tema.
La Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género (RCPVG) y la Fundación Karisma, con el apoyo de la Fundación Acción Comunicar y la financiación de Web Foundation y la Agencia Internacional de Desarrollo Sueca, dieron a conocer recientemente los resultados del nuevo estudio ‘Periodistas sin acoso: violencia machista contra periodistas y comunicadoras en Colombia’.
'La investigación tiene más trascendencia de la que puede verse. Esto tiene que ver con la construcción de la democracia. Nos habla de la importancia de la libertad de prensa y de expresión, lo primero que se calla cuando una mujer comunicadora o periodista sufre una violencia porque finalmente hay un silencio. No hay una ruta clara de la denuncia, no se confía en las instituciones y hay desconocimiento de los protocolos', afirmó Fabiola Calvo, investigadora de la RCPVG.
La experta enfatizó en que la normalización de estos actos inician desde que se imponen unos roles a hombres y mujeres desde una postura de poder, y termina por interiorizarse en cada quien.
El nuevo informe, según Calvo, es una invitación a la acción conjunta del Estado, de los medios de comunicación, de la academia y de las empresas frente a este flagelo.