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Unos 150 migrantes africanos bloquearon este martes los accesos a una estación migratoria de Tapachula, en el sureño estado mexicano de Chiapas, en demanda de un permiso que les permita transitar por México para llegar a Estados Unidos.

Los migrantes forman un cinturón humano que impide la entrada y salida de los autobuses que trasladan a los indocumentados arrestados en el resto del país para su deportación desde Tapachula.

No es la primera protesta de migrantes africanos en el sur de México. El 2 de abril pasado, cientos de ellos rompieron cristales de una caseta de vigilancia al exigir que se les otorgue el permiso para transitar.

Según el Instituto Nacional de Migración (INM) de México, unos 800 ciudadanos africanos esperan obtener el documento, pero no todos bloquean los accesos.

Mientras, en el municipio chiapaneco de Zinacantán, un grupo de 119 migrantes guatemaltecos y salvadoreños forcejearon con policías y escaparon de un auditorio donde fueron recluidos por habitantes.

Los migrantes habían sido detenidos el lunes junto con dos traficantes de personas por la policía local cuando eran transportados en vehículos de carga.

Los autoridades de Zinacantán denunciaron que en las últimas semanas los traficantes de personas indocumentadas transitan por su territorio para burlar los puntos de control de policías federales.

Los migrantes, entre los que hay niños y niñas, abandonaron el lugar y enfilaron a San Cristóbal de las Casas, pero tras una confusión se dirigieron a la localidad de San Juan Chamula, en donde los pobladores les cerraron el paso.

Los rescates de grupos de migrantes cuando viajan hacinados en tráilers o están recluidos en casas controladas por delincuentes son escenas comunes en México, donde hay más de 40.000 personas reportadas como desaparecidas, según cifras oficiales.