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A través de una carta abierta emitida recientemente, un grupo de 22 exministros y defensores de los derechos humanos de América Latina ha pedido formalmente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que suspenda a Rusia de la Asamblea General debido a los ataques sistemáticos que ha venido perpetrando en contra de la población civil en Ucrania.

La misiva, dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, se dio a conocer justo antes del inicio de la reunión anual de la Asamblea General en Nueva York. En ella, se plantea la necesidad de evaluar si Rusia debería ser excluida, tal como lo fue Sudáfrica en 1974, hasta que cumpla con las responsabilidades establecidas en la Carta de Naciones Unidas.

La solicitud está motivada por lo que los firmantes describen como una “violación flagrante” de la carta del organismo, señalando que los ataques rusos no son incidentales, sino un patrón premeditado dirigido a la población civil.

Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, julio y agosto han sido los meses más mortíferos desde el inicio del conflicto, con más de 10,000 civiles muertos, de los cuales el 84% fueron víctimas de ataques con explosivos en áreas urbanas.

Los exministros y defensores recalcan que los civiles en Ucrania están siendo blanco de estos ataques de manera deliberada y sistemática, lo que constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario.

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Entre los firmantes de la carta se encuentran figuras prominentes como la exministra chilena Antonia Urrejola, el peruano Diego García-Sayán, el mexicano Jorge Castañeda y la colombiana Noemí Sanín. También han adherido a la petición diversas personalidades del ámbito de los derechos humanos tanto en América Latina como en Ucrania.

El grupo también argumentó que los bombardeos rusos han afectado objetivos civiles como hospitales, bibliotecas, cafeterías y otros espacios públicos, mencionando específicamente los ataques recientes en Hroza y Kramatorsk, que dejaron decenas de víctimas. En su opinión, estas acciones van más allá de crímenes de guerra: “Es el total desprecio por las Convenciones de Ginebra”, señalaron.

SERGEY KOZLOV/EFEAl menos 21 heridos después de que un bombardeo ruso alcanzara una zona residencial en JárkovRescatistas ucranianos trabajan en el lugar del bombardeo nocturno contra un edificio residencial de varios pisos en Kharkiv, noreste de Ucrania, 21 de septiembre de 2024, en medio de la invasión rusa.

En este mismo sentido, los exministros apuntan que Rusia, como miembro del Consejo de Seguridad y uno de los cinco países con poder de veto, tiene una responsabilidad especial en la preservación de la paz y la seguridad internacionales.

No obstante, sostienen que la conducta de Rusia en Ucrania es incompatible con esta responsabilidad, lo que pone en riesgo la integridad del sistema de derecho internacional humanitario.

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En la carta, los firmantes condenan lo que consideran un doble rasero, señalando que si bien también se están cometiendo crímenes de guerra en otras partes del mundo, como Gaza y Sudán, el caso de Rusia es único debido a su estatus en el Consejo de Seguridad.

Además, advierten que el ataque sistemático a civiles por parte de Rusia amenaza con desmantelar los principios del derecho internacional humanitario, lo que tendría consecuencias más allá de Ucrania.

“La estrategia de la Federación Rusa de atacar deliberadamente y matar a civiles en Ucrania amenaza con convertir todo el edificio del Derecho Internacional Humanitario en un cascarón vacío, con consecuencias mucho más allá de Ucrania”, precisaron los exfuncionarios.

Los firmantes también recuerdan el papel clave que jugaron los países latinoamericanos en la fundación de la ONU. En particular, mencionan la oposición de Colombia y Cuba a conceder el derecho de veto a algunos miembros del Consejo de Seguridad, un privilegio que hoy en día consideran que está siendo mal utilizado por Rusia para evadir consecuencias por sus acciones en Ucrania.

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En su análisis, los exfuncionarios y defensores de derechos humanos también hacen referencia al papel que jugó Estados Unidos en la llamada guerra contra el terrorismo, argumentando que esta estrategia contribuyó a la erosión del derecho internacional.

Sin embargo, señalan que la situación actual en Ucrania marca un nuevo punto crítico, con un país miembro del Consejo de Seguridad implicado en ataques deliberados contra civiles.

Finalmente, la carta concluye con un llamado urgente a la ONU para que tome medidas en defensa de los principios fundamentales del organismo, suspendiendo a Rusia hasta que cese sus ataques contra civiles y actúe de acuerdo con las obligaciones internacionales que le corresponden como miembro del Consejo de Seguridad.