Compartir:

El artista plástico italiano Salvatore Garau, de 70 años, desató una polémica entre los amantes del arte alrededor del mundo tras la presentación de su obra ‘Yo soy’, que consiste en nada más y nada menos que esculturas invisibles.

Lea también: ¿Qué pasará con los tres puntos del partido Nacional-Junior tras la batalla campal en el Atanasio Girardot?

Lo más sorprendente es que Salvatore Garau ha conseguido vender estas piezas por hasta 27.000 euros, equivalentes a unos 125 millones de pesos colombianos.

Esta obra de arte conceptual fue creada por el italiano, nacido en la isla mediterránea de Cerdeña, durante la pandemia de covid-19, en 2020.

Mientras el mundo se enfrentaba a un virus que a diario cobraba miles de vidas y que tenía a gran parte de la humanidad confinada, Garau trabajaba en su próxima obra que sin duda iba a dar mucho de qué hablar.

La creatividad del artista plástico llegó hasta el concepto de ‘Io Sono’ (Yo soy, en italiano), que no es más que una serie de seis piezas con espacio vacío, que según él permite evocar “el miedo que nos invade al pensar en nuestro futuro”.

Una de las esculturas invisibles, titulada ‘Delante de ti’, fue subastada en 2021 por casi 28.000 euros en la galería de arte contemporáneo Art-Rite de Milán.

Lea además: Video: Enfermera enfurecida lanzó jeringas usadas a sus colegas y personal de seguridad

“’Delante de ti’ es, entre todas mis esculturas inmateriales, la que considero más enigmática y, lo admito, inquietante. El tiempo que estamos viviendo no me permite fingir que no ha pasado nada y escapar de los temas que nos rodean y entran en la piel de la sociedad. Pintar ya no me basta para describir lo que está sucediendo a nuestro alrededor en todo el planeta”, explicó Garau en el catálogo de la subasta, según recoge el medio ‘ABC’.

Agregó que, para él, “la ‘materia’ inmaterial de mis esculturas tiene el poder de evocar en estos tiempos, como ninguna otra, el miedo que nos invade al pensar en nuestro futuro. La ausencia, más que la presencia, enfatiza nuestros dramas”.

Quien adquirió la pieza solo se llevó el certificado de autenticidad junto a las indicaciones del artista para apreciar la escultura: “Para colocar en un espacio libre de cualquier estorbo. Dimensiones variables, aproximadamente 200 x 200 cm”, se leía en el catálogo.

Tras la venta de las primeras esculturas invisibles, esta peculiar obra de Salvatore Garau ganó popularidad, tanto en medios de comunicación internacionales como en las redes sociales, generando opiniones encontradas.

Sobre la fama que adquirieron sus esculturas invisibles, Garau reflexionó: “El vacío no es otra cosa que un espacio lleno de energía que se condensa y se convierte en partículas, en fin, ¡en nosotros! Y aunque lo vaciemos y no quede nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, esa nada tiene un peso.

Le puede interesar: Dian anuncia visitas a comercios para asegurar que cumplan con facturación electrónica

Cuando decido exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado –concluye el artista-, ese espacio concentrará una cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi título solo tomará las formas más variadas”, sostuvo el artista, según recoge el medio ‘ABC’.