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Oriente Medio sufrió en toda su crudeza el conflicto durante 2024. Israel bombardeó Gaza día tras día causando cerca de 50.000 muertos, llevó la guerra al Líbano en su combate con Hezbolá y la tensión con Irán alcanzó picos sin precedentes, en medio de una reconfiguración regional de equilibrios que ha alcanzado sorpresivamente a Siria con la caída del régimen de Bashar al Asad el pasado 8 de diciembre.

Para Gaza no hubo tregua. Los incesantes bombardeos de este año escalaron a una sexta fase marcada por la masacre de Al-Mawasi del 13 de julio, cuando las Fuerzas de Defensa de Israel impactaron un campamento de refugiados en la Franja de Gaza, con el fin de asesinar a Mohamed Deif, comandante de Hamás, así como a Rafaa Salameh comandante de la brigada de Jan Yunis. Mientras que la organización palestina aseguró que todas las víctimas son «civiles inocentes e indefensos». El Ministerio de Salud de Gaza informó que 90 palestinos murieron, mientras que otros 300 resultaron heridos.

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“Los rabiosos incendios que azotan Medio Oriente se están convirtiendo rápidamente en un infierno”, afirmó António Guterres, Secretario General de la ONU, en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad sobre la grave situación en esa región. “Ha llegado el momento de un alto el fuego inmediato en Gaza, con la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, la entrega efectiva de ayuda humanitaria a los palestinos en Gaza y un progreso irreversible hacia una solución de dos Estados”, subrayó Guterres.

EL HERALDO

Asimismo, aseguró que es momento de un cese de hostilidades en Líbano y una acción real hacia implementación completa de las resoluciones 1559 y 1701 del Consejo de Seguridad, que allane el camino para lograr una solución de dos Estados.

“Ya es hora de detener el repugnante ciclo de escalada tras escalada que está llevando a los pueblos de Medio Oriente directamente al abismo (…) Nunca debemos perder de vista el tremendo costo que este conflicto tiene en los civiles, ni podemos apartar la vista de las violaciones sistemáticas del derecho internacional humanitario. El ciclo mortal de violencia de ojo por ojo debe terminar. El tiempo se acaba”, concluyó el Secretario General.

En el caso del Líbano Al-Sayyid Hadi Hashim, encargado de Negocios, dijo que Medio Oriente arde por todos lados y recordó que la invasión terrestre de Israel a su país es una violación de la Carta de la ONU y del derecho internacional.

Declaró que ek pueblo y el Gobierno de Líbano rechazan la guerra y buscan la implementación de la resolución 1701, resaltando la crisis humanitaria sin precedentes en su país y solicitando ayuda de emergencia.

“Líbano está atrapado hoy entre el martillo de la máquina de destrucción israelí y las ambiciones de algunos en la región (…) Líbano y los libaneses merecen vivir”, recalcó.

“Manteniendo la guerra, Netanyahu se adhiere al poder. Para él solo existe un camino y es la destrucción total de Hamás, pero si la guerra termina, él tendrá que verse abocado a un juicio por los crímenes de guerra que ha cometido”, aseguró a EL HERALDO el profesor de Relaciones Internacionales e Historia de la American University de Kuwait, Federico Vélez.

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“Si bien Israel ha demostrado una capacidad indiscutible en términos de estrategia militar e inteligencia, tener tantos frentes abiertos abre limitaciones que hacen cada vez más difícil la operación”, manifestó Shaan Shaikh, subdirector del Proyecto de Defensa contra Misiles del Center for Strategic and International Studies.

En una región que ha visto cómo desarrollos de revoluciones como la Primavera Árabe han tenido lugar en los últimos años, es probable que pueda darse una serie de levantamientos sociales que sean del beneficio de la estrategia ofensiva de Israel. Así lo sugiere Renata Hamo, especialista en asuntos internacionales radicada en Tel Aviv.

“Yemen vivió un 2024 donde la población se vio profundamente golpeada por el cólera, casi una década de conflictos internacionales ha impactado de lleno a la economía del país y, si a la no seguridad alimentaria y de trabajo le sumas la inexistente sensación de protección estatal, se abre espacio a un levantamiento social sin precedentes. Un caso muy similar ocurre en Irán, de quien se esperaba una ofensiva mayor ante la respuesta a los ataques de octubre ejecutados por Israel”, manifestó.

Caída de Bashar al Asad

No obstante, el estallido que no lograron preveer los diferentes analistas provino del lado sirio. La caída del gobierno de Bashar Al Asad en Siria cierra un ciclo político de más de 50 años y supone un cambio de paradigma para toda la geopolítica de Oriente Medio, una transformación innegable de la que, sin embargo, aún están lejos de saberse las consecuencias, las causas últimas ni si traerá paz, o guerra, o libertades, de acuerdo a varios analistas.

NECATI SAVAS/EFEOposición celebra la caída de Bashar Al Asad.

Los numerosos factores externos e internos, tensiones y distensiones, alianzas y contraalianzas que mantenían la endeble posición del Gobierno sirio han quedado deshechos, y pocos vaticinios pueden hacerse salvo que Israel es el principal beneficiario estratégico; que Turquía gana muchísimos enteros en influencia en el país y que Irán es el gran perdedor en este juego.

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“El colapso del régimen de Al Asad es un evento mayor para la región y en especial para el pueblo de Siria (...) pero su resultado dependerá de qué régimen se construye ahora. Los sirios comunes y corrientes no tienen muchas ganas de un gobierno despótico centralista, así que deberá ser un sistema que acepte las aspiraciones políticas de diversos sectores de la sociedad siria”, resumió el profesor de Ciencia Política de la Universidad Americana de El Cairo, Sean Lee.

Lee, cuyo trabajo se centra en la situación de las minorías en Oriente Medio, subrayó que la tarea ahora para lograr ese resultado deberá tener en cuenta “no solo al núcleo de apoyo de la oposición” que ha derribado a Al Asad, ostensiblemente, los islamistas de HTS, a los kurdos del noreste, a los simpatizantes alauitas de Al Asad en la costa o los drusos de Al Sueida.

“Tomará un tiempo largo para que Siria recupere algo de soberanía tras más de una década de guerra, y habrá un continuo toma y daca para influenciar en la Siria fragmentada. Sólo el tiempo dirá si el HTS y sus aliados realmente cumplen con lo que dicen sobre construir una Siria libre”, razonó.

Para Luciano Zaccara, profesor investigador del Centro de Estudios del Golfo de Qatar University en Doha, “la desbandada del Ejército sirio, y que ni Irán ni Rusia hayan hecho todo lo que podían hacer para evitarlo... tal vez incluso con la llegada de Trump (Donald, a la presidencia de EE. UU.) se haya negociado algo con Irán para garantizar algo a cambio de esta caída...”, hacen pensar que algo se negoció entre los poderes regionales y globales.

Lo que sí está claro para el analista es que “el régimen de Asad estaba muy debilitado, desde hace muchos años”, sostenido solo por Rusia e Irán con un acuerdo en 2020 “para mantener un ‘statu quo’ y evitar un mayor derramamiento de sangre”.

“Pero el régimen estaba más débil de lo que se pensaba y viendo la situación que se está desarrollando en todo Oriente Medio, no había muchas más opciones para mantenerse en el poder. La fuerza de Al Asad eran sus aliados, pero todos están muy debilitados, Rusia, Irán, Hezbolá... No había recursos”, dijo.

Y sin recursos ajenos, la caída era evidente incluso para Al Asad mismo, lo que llevó a su huida del país.

Lee también sostiene esta posición, ya que “en realidad, la ofensiva lo que hizo fue empujar una puerta ya abierta” de la “carcasa vacía de un Estado”.