2025: ¿la debacle de Venezuela con un nuevo período de Maduro?

Con la polémica reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato en Venezuela y el regreso del republicano Donald Trump a la Presidencia en Estados Unidos, el 2025 marcará un nuevo capítulo en la crisis política, económica y humanitaria que atraviesa desde hace más de una década el país sudamericano, todavía lejos de tomar un rumbo hacia la estabilidad y el progreso.

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Analistas de asuntos internacionales ven con preocupación la incertidumbre que rodea al comienzo del próximo sexenio en Venezuela, pero advierten que se presentarán varios escenarios tensos que podrían derivar en serios agravamientos en la calidad de vida en la nación.

Aunque el 2024 comenzó con un delicado soplo de esperanza, con la negociación previa entre el Gobierno de Maduro y la oposición para que hubiera garantías en las elecciones presidenciales de julio y, por tanto, los resultados fuesen reconocidos por ambas partes, lo que terminó sucediendo le sumó otra profunda grieta a la ya lacerada democracia.

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Las próximas fechas clave son el 10 y 20 de enero. En la primera, tanto Nicolás Maduro como Edmundo González planean tomar posesión como presidente de Venezuela, mientras que en la segunda lo hará Donald Trump en EE. UU.

Para Angélica Rodríguez Rodríguez, profesora e investigadora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, lo que puede ocurrir en enero “es muy incierto”, pero a la vez no duda en que “será bastante tenso”.

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Por un lado, Maduro no muestra intenciones de ‘dar el brazo a torcer’ y de momento insiste en una posesión a pesar de la presión interna y externa por el presunto fraude electoral. Por el otro, el apoyo internacional a Edmundo González (actualmente exiliado en España) no ha mermado, más bien todo lo contrario: la semana anterior Estados Unidos se sumó a la lista de países que lo reconocen como presidente electo.

“Lo que sí se puede afirmar es que el cambio, si se da, dependerá de los venezolanos, y el avance hacia un escenario de más estabilidad del país requiere un cambio institucional y político en Venezuela”, consideró Rodríguez.

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Nastassja Rojas, profesora y consultora en Derechos Humanos, puso sobre la mesa los riesgos para González Urrutia de volver a Venezuela, donde tiene una orden de captura, y estimó que “con las condiciones actuales” parece que la posesión de Maduro “es inevitable”.

“En el momento en que (Edmundo) ponga un pie en Venezuela se lo van a llevar detenido y no veo cuál sería la utilidad para todo el proceso que Edmundo estuviese preso”, sostuvo.

En el contexto postelectoral fueron cientas las denuncias de violaciones a los derechos humanos y persecución política contra líderes y ciudadanos en Venezuela que expresaron su desacuerdo con los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral, que hasta la fecha no ha publicado las actas electorales.

Nastassja Rojas prevé que esta situación se presentará nuevamente en las semanas previas a la investidura.

“Creo que el régimen teme otra vez presión interna, nuevas movilizaciones cerca del 10 de enero, y precisamente por eso hay excarcelaciones en este momento, es lo que ya conocemos en Venezuela, la puerta giratoria. Hay excarcelación de algunas personas porque viene otra ola de represión”.

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Ángel Tuirán, profesor e investigador del programa de Ciencia Política de la Universidad del Norte, señaló que justamente esa es una de las mayores preocupaciones en torno a un nuevo periodo del chavismo.

“De darse la posesión de Maduro en enero, se puede esperar que continúe la violación de derechos humanos y libertades, y también es posible que exista mayor persecución hacia los opositores. Además, que aumente la migración de venezolanos y venezolanas hacia países de Latinoamérica y Centroamérica”.

Esta es la segunda vez que Trump y Maduro coincidirán como mandatarios de sus países. La primera vez, entre 2017 y 2021, no hubo entendimiento.

En esta ocasión, Nicolás ha hablado públicamente de “un nuevo comienzo” en la relación bilateral, rota desde 2019. Según expertos, hay algunos temas por los que a Trump le podría interesar abrir un diálogo.

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“Uno de los temas que Maduro podría usar para conseguir alivio de sanciones es el petróleo, para continuar con las licencias otorgadas tras la firma del Acuerdo de Barbados. No se debe olvidar que el petróleo es clave para los republicanos y acá la visión no es de ninguna manera a favor o pro-Maduro, sino el efecto que las sanciones tienen en sus intereses y en los de las empresas norteamericanas”, dijo Angélica Rodríguez.

El otro gran asunto que los relaciona es la migración, pues gran parte de los indocumentados que llegan a EE. UU. y que Trump ha prometido sacar masivamente del país son de nacionalidad venezolana. Nastassja Rojas anotó que por haber sido este tema una de las banderas de la campaña del republicano se pudo haber creído al principio que Venezuela tenía posibilidad de negociar sanciones a cambio, por ejemplo, de recibir vuelos con deportados, pero en las últimas semanas el panorama ha cambiado.

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“Ahora con el nombramiento de Marco Rubio (como secretario de Estado), no sé si su posición se va a mover más hacia las sanciones, endurecer nuevamente las políticas, y sobre todo con el reciente reconocimiento a Edmundo González como presidente electo, pareciera que ahora va a subir la presión sobre Venezuela y el tema migratorio lo podría negociar finalmente con otro país”.

Ángel Tuirán coincide en que con Marco Rubio, “quien ha tenido una posición muy dura no solo frente a la situación en Venezuela, sino también en Cuba y Nicaragua”, el gobierno de Trump opte por “el escenario de la sanción y presión para que se dé una transición hacia la democracia”.

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“Teniendo en cuenta lo que ha sido la política de Trump, su discurso, y quién estará al frente de las relaciones exteriores de Estados Unidos, parece indicar que no es un escenario favorable para el gobierno de Maduro”.

El Ejecutivo de Nicolás Maduro rompió relaciones con siete países de América (Argentina, Chile, Panamá, Uruguay, Perú, República Dominicana y Costa Rica) luego de que estos gobiernos cuestionaran los resultados de las presidenciales del 28 de julio.

Varias ONG han denunciado la muerte de tres detenidos durante las protestas poselectorales, conociéndose el último caso el 16 de diciembre. El partido Vente Venezuela reportó la misma semana disparos de militares a reos “políticos” en la cárcel Ramo Verde.

El gobierno de Joe Biden sancionó el 27 de noviembre a 21 personas “alineadas con Maduro”, que ocupan altos cargos en Venezuela, por “socavar el proceso electoral y reprimir al pueblo venezolano”. Esto implica que sus bienes en EE. UU. quedan bloqueados.

Nicolás Maduro firmó el 30 de noviembre la ley que castiga con penas de entre 25 y 30 años de cárcel, millonarias multas e inhabilidad política de 60 años a quienes expresen su apoyo o estén implicados en las sanciones extranjeras contra Venezuela.