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Si algo caracterizaba al papa Francisco era su humildad. Por eso él mismo solicitó un funeral “sobrio, como el de cualquier cristiano”. En su momento pidió que tras la ceremonia sus restos sean trasladados a la basílica de Santa María la Mayor en Roma, para ser enterrados en una capilla lateral.

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Será una ceremonia sencilla y modesta, dos virtudes que caracterizaron la vida del sumo pontífice. De hecho, la ceremonia fúnebre fue revisada y aprobada por el papa Francisco con fecha de 29 de abril de 2024.

Francisco solicitó actualizar y simplificar un ritual que tenía fecha de los años setenta. Quería que fueran eliminados los elementos superficiales que distrajeran la atención de lo esencial de la misión del sucesor de Pedro.

Efe / Santa SedeEl papa Francisco apareció este domingo sorpresivamente ante sus fieles en la Plaza San Pedro, tras semanas de convalecencia. Este lunes falleció.

El pontífice pidió que sus restos fueran velados “como los de cualquier hijo de la Iglesia: con dignidad, como a cualquier cristiano, pero no sobre almohadones”. Su petición se dio luego de ver las fotos del velatorio de Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y asistir al de Benedicto XVI, que estaban en un catafalco.

Además, el papa eliminó entre otras cosas el uso de un “triple ataúd”. Hasta ahora la costumbre era enterrar a los pontífices en un ataúd de tres capas: una de ciprés, recubierta por otra de plomo saldada, y luego por otra de roble, para evitar que fuera robado.

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Por eso, Bergoglio estableció que en su lugar se use uno normal, de madera y de zinc. Este cambio reducirá considerablemente los tiempos del ritual de la sepultura.

Su humildad quedó inmortalizada en una de sus frases más virales: “Yo cuando estoy en la intimidad me digo una verdad a mí mismo: soy un pobre desgraciado a quien Dios le tuvo mucha misericordia. Creo que con esta verdad puedo ser recordado muy bien. La misericordia de Dios es genial”, respondió Francisco sobre cómo le gustaría ser recordado.

Con su muerte, con 88 años y tras una difícil convalecencia por sus problemas respiratorios, dará inicio al protocolo que regirá su funeral y, después de este, en un plazo no superior de 20 días, la convocatoria de un cónclave para elegir un sucesor.

Todo tendrá lugar en su apartamento de la residencia vaticana Casa Santa Marta, pues desde su elección en 2013 decidió no vivir en el Palacio Apostólico.

Después, se introducirá su cuerpo en el féretro para ser velado en la capilla de su residencia.