El papa Francisco instó a la iglesia de Venezuela a seguir ayudando 'al pueblo que sufre', en particular a los que emigran, al término de una reunión en el Vaticano con los 42 obispos de ese país, azotado por una grave crisis social y económica.
'La palabra que llevamos del papa en el corazón es la de mantener la cercanía con los que más sufren (...) y activar nuestras diócesis para atender las necesidades', aseguró a la prensa monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), al término de la reunión.
El papa conversó por casi dos horas con los obispos venezolanos que realizaron después de nueve años la tradicional visita 'ad limina' al pontífice y al Vaticano.
En el encuentro Francisco los invitó también a 'desprenderse de las propias categorías' y a trabajar 'hacia el futuro', dijo.
Los obispos lamentaron también la 'deficiencia democrática' en Venezuela. 'Cuando los sistemas se hacen poderosos se sirven a sí y no al pueblo', afirmó monseñor Azuaje.
Azuaje en julio había denunciado la 'perversa ideología' del gobierno socialista de Nicolás Maduro, que ha dejado a niños y ancianos desnutridos, generado la hiperinflación, y enviado oleadas de personas fuera del país.
'Hay un quiebre del alma del pueblo venezolano', aseguró el religioso al describir la crisis social y económica de su país.
'Podemos estar o no de acuerdo con el sistema político, lo importante para nosotros es salvaguardar la libertad del pueblo venezolano, promover su dignidad y defender los derechos humanos', reconoció Azuaje, arzobispo de Maracaibo.