El conflicto en Irlanda del Norte llevaba varios siglos de actividad, pero en 1968 el volcán explotó con más fuerza y la problemática se expandió hasta ocupar los espacios centrales de la prensa europea y mundial. ¿Por qué? Las condiciones de discriminación política y social de la población católica de Ulster empeoraron a finales de la década de los 60s.
Los norirlandeses católicos no veían que los gobiernos de Inglaterra y de la República de Irlanda tomaran decisiones reales de mejoría y, entonces, decidieron protestar con el propósito de encontrar en las calles lo que no se lograba en los salones de diálogo. Para esa época, el movimiento republicano irlandés y el IRA (la rama militar) tenían influencias del marxismo europeo, resultado de la guerra fría. Así, las protestas, de parte y parte, se tornaron más violentas con el transcurrir de los días.
ALGUNOS ANTECEDENTES
La guerra civil en Irlanda del Norte, más conocida como The troubles (Los problemas), fue un conflicto económico, social, étnico y político entre dos etnias que habitan la parte norte de la isla de Irlanda.
Fue un conflicto que enfrentó a Unionistas (protestantes) (53%) y Republicanos (católicos) (44%).
Según la visión externa, la situación se veía sólo como un conflicto religioso entre protestantes y católicos. Pero, en el fondo, la crisis hundía sus raíces en la profundidad de la historia. Todo comenzó en 1169, cuando Inglaterra invadió a Irlanda y la sometió a sus designios, imponiendo el idioma, la religión, la economía y el gobierno. Y se agravó en 1609, cuando el rey James I impuso las 'Plantation of Ulster' a los habitantes de la región norte. Fue la política oficial de colonización de la provincia llevada a cabo por escoceses e ingleses.
La tierra fue el detonante del conflicto norirlandés. Las 'Penal Laws' fueron leyes que obligaron a los irlandeses católicos y presbiterianos a comulgar con la nueva religión oficial del reino inglés; es decir, la iglesia anglicana. Como vemos, la tenencia de la tierra fue la causa principal del conflicto: la misma razón que observamos en el conflicto colombiano.
ACTORES DEL CONFLICTO
Las partes involucradas en el conflicto fueron los Unionistas protestantes, quienes abogaban por mantener a Ulster en el ámbito de la Gran Bretaña; y los Nacionalistas, republicanos irlandeses que luchaban por independizarse de la Gran Bretaña y unificarse con la República de Irlanda. Los actores estatales con poder de decisión fueron los Gobiernos de Londres y Dublín. Los actores internacionales, como las Naciones Unidas y la Unión Europea, solo intervinieron con acciones de buena voluntad y con llamados a respetar los derechos humanos de la población civil. EEUU, por su condición de receptor de gran población inmigrante de Irlanda, actuó, en ocasiones, como mediador.
La violencia fue una variable que se usó para obtener la victoria sobre la contraparte. El IRA, con sus acciones violentas, alcanzó notoriedad y apoyo a nivel mundial. Luego de las victorias en varias elecciones por parte de los republicanos, los gobiernos de Londres y Dublín pusieron más empeño en lograr puntos de encuentro. Después de varias negociaciones con los actores, se concluyó que había que erradicar la violencia como arma política, lo cual condujo a una tregua en 1994. Y aunque el frágil cese al fuego se rompió, el acuerdo de paz llegó a Irlanda del Norte en la Semana Santa de 1998.
DOS RAZONES
Los acuerdos fueron posibles por dos razones: cansancio de la población norirlandesa con la violencia; y creación de un 'tejido social' en favor de la paz. Los firmantes aceptaron que Irlanda del Norte siguiera bajo la soberanía de la Gran Bretaña con una autonomía limitada, y con el posible uso del derecho a la autodeterminación. Se creó una serie de estructuras políticas bajo la garantía de los gobiernos de Londres y Dublín. El sistema judicial pasó a estudio para ser cambiado por otro que garantizara los derechos de la población. Principal atención se prestó a las minorías. Se buscó garantizar los derechos humanos y civiles de los habitantes: defensa de su cultura, su lengua y tradiciones. Se mantuvo la participación en los destinos de los norirlandeses de la Gran Bretaña y la República de Irlanda.
PAZ Y ARMONÍA
El viejo conflicto de Irlanda del Norte llegó a final feliz por el deseo de las partes de acabar con el mismo: Estados, partidos políticos, actores violentos y sociedad civil. Ulster dejó un legado valioso para ser tenido en cuenta en aquellos países donde todavía existen conflictos por resolver. Colombia, por ejemplo. Los acuerdos de Belfast o Viernes Santo nos revelan lo que se puede lograr cuando existe el firme propósito de acabar con la violencia y vivir en paz y armonía.