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La máxima responsable de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, anunció este jueves que está preparando nuevas sanciones contra Corea del Norte para completar las que ya impuso la ONU.

'El trabajo para preparar nuevas sanciones de la UE comenzará', declaró Mogherini tras haber consultado a los cancilleres de los 28 países del bloque, reunidos en Tallin.

Los europeos también reiteraron su 'apoyo al Consejo de Seguridad de la ONU' para que adopte medidas de 'restricción económica' contra Pyongyang, añadió la jefa de la diplomacia europea.

Estados Unidos presentó el miércoles un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU, que impone un embargo petrolero y la congelación de activos del dirigente norcoreano Kim Jong-Un.

El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó a estas medidas de 'ineficaces', mientras que el principal aliado de Corea del Norte, China, dio este jueves su acuerdo a 'medidas necesarias' de Naciones Unidas.

'Toda esta presión (...) busca abrir canales de diálogo diplomático', aseguró Mogherini, quien anunció la disposición de la UE a 'acompañar un diálogo creíble a nivel político para llegar a una desnuclearización completa de la península coreana'.

La línea europea 'es muy clara en este sentido: más presión económica, más presión diplomática y unidad con nuestros socios regionales e internacionales', había explicado durante la mañana.

También pidió 'evitar una espiral de confrontación militar, que podría ser extremadamente peligrosa, no sólo para la región sino para el mundo entero'.

La UE ya aplica una larga lista de sanciones dictadas por la ONU o por el propio bloque. 'Estamos dispuestos a ir más lejos' de lo que plantea la ONU, aseguró el canciller belga, Didier Reynders.

Su par alemán, Sigmar Gabriel, puso como ejemplo la prohibición de atracar en los puertos de la UE a los barcos norcoreanos, incluso si navegan bajo pabellón de otro país.

Según una fuente diplomática, los europeos están dispuestos a incluir a Kim Jong-Un en su lista negra, lo que provocaría una congelación de sus activos en el bloque y le prohibiría viajar a territorio europeo, en caso de que la ONU no alcance ningún acuerdo en este sentido.