No hay duda en que los diamantes son una de las piedras preciosas más apreciadas en todo el mundo. Su estructura cristalina cúbica y propiedades físicas lo convierten en el mineral más duro conocido y su belleza a nivel visual, de la mano con su alto costo y perdurabilidad, lo hacen idóneo para integrar piezas de joyería cuyo valor económico puede ser incalculable.