El pasado 3 de julio, en medio de crecientes rumores de que Alfonso Cano había muerto en un bombardeo, el presidente Juan Manuel Santos dijo que no era cierto, pero sentenció: 'lo sacamos de su santuario y está huyendo'. Ahí comenzó el fin del jefe de las Farc.
Al salir del Cañón de Las Hermosas, zona selvática entre Tolima y Valle del Cauca controlada durante 40 años por el grupo subversivo, el cabecilla guerrillero y su guardia personal, de unos 500 hombres, huyeron hacia el Cauca.
Sus movimientos, seguidos paso a paso, le permitieron a la cúpula de la Fuerzas Militares, nombrada el 6 de septiembre, diseñar lo que sería el golpe final. Estratégicamente, cerca de 2.300 soldados profesionales fueron desplegados, de manera pacientes, en esos Departamentos para crear varios anillos de cierre y contención, a fin de que Cano no pudiese escapar, como lo había logrado en tres ocasiones anteriores.
El martes pasado, aviones espías de la Policía interceptaron conversaciones entre Patricia, compañera sentimental de Cano; el jefe de comunicaciones de este, apodado El Zorro, y Édgar López, alias Pacho Chino. Las Fuerzas Armadas decidieron seguir la pista de los dos últimos a sabiendas de que, tarde o temprano, los conducirían hacia el jefe máximo.
Y así fue.
El jueves la columna guerrillera fue detectada en el cañón del río Iquitó, donde, al parecer, Cano iba a reunirse entre Suárez y Buenos Aires, con otro miembros del Secretariado: Pablo Catatumbo.
A las 8:30 a.m. del viernes, luego de que mejoraran las condiciones climáticas, aviones Arpía hicieron el bombardeo. En el ataque murieron El Zorro y la enfermera del jefe de las Farc, pero este escapó herido. Como simultáneamente helicópteros Black Hawk llegaron al área, con cerca de 150 hombres de la Fuerza de Tarea Especializada, los combates se iniciaron de inmediato.
'Solo antes de despegar nos dieron los paquetes de inteligencia con fotos de los objetivos humanos. Al llegar al área, en menos de un minuto, de cada Halcón Negro descendimos entre 15 y 18 soldados', relató un militar que intervino en la Operación Odiseo.
La defensa del anillo de seguridad de Cano fue doblegada por nuevos bombardeos y ametrallamientos. El combate duró ocho horas, luego de las cuales comenzó la búsqueda de las bajas. Primero encontraron el cadáver de El Zorro y el de la mujer. Entrada la noche hallaron un tercero en un matorral: era un guerrillero muy delgado y de lentes. Tenía dos impactos de fusil (M4A1) en el costado derecho, Tras la confirmación del CTI, a las 9:15 p.m., se confirmó que era Guillermo León Sáenz Vargas, o Alfonso Cano. Jaque mate.
No murió su compañera ‘Patricia’
En marzo de 1992 durante los diálogos de paz en Tlaxcala, México, ‘Alfonso Cano’ apareció, por primera vez, en compañía de ‘Patricia’, una joven de aproximadamente 17 años. La guerrillera, que tenía por hobby la fotografía —por esos días usaba una cámara Pentax K1.000—, era su compañera sentimental.
Tras el bombardeo en ‘Chirriadero’ se informó que la mujer había muerto, pero ayer Medicina Legal, con base en la identificación de los cadáveres, dijo que se trataba de otra persona. 'Quien murió fue alias ‘Jenifer’, su enfermera personal', revelaron fuentes militares. Ella era la encargada, desde hace varios meses, de cuidar los problemas de salud del jefe subversivo. 'La condición física de ‘Cano’ estaba muy desmejorada', dijeron forenses médicos. JGF
En breve
Prontuario delictivo. Guillermo León Sáenz Vargas nació el 22 de julio de 1948 en Bogotá. En 1974, tras 10 semestre de antropología, ingresó a las Farc. En su contra existían 94 ordenes de captura.
7 guerrilleros del frente 43 de las Farc fueron capturados y su jefe alias ‘Tomás’ murió ayer en los combates que tienen lugar en La Macarena, Meta. Hace dos semanas, en la persecución de ‘Cano’ el grupo guerrillero había perdido, en otro golpe, al comandante ‘Mincho’.
La prueba reina del CTI. Dactiloscopistas del Cuerpo Técnico de Investigaciones, entre ellos Eleazar González, fueron la clave para descubrir que el guerrillero abatido era efectivamente el jefe de las Farc.
