Los espectros del proceso 8.000 volvieron a aparecer con la reciente publicación del libro Memorias olvidadas de Andrés Pastrana Arango, en el cual el expresidente, entre otros temas, vuelve a citar el sonado escándalo de la infiltración de dineros del narcotráfico en la campaña de Ernesto Samper Pizano.
Lo nuevo de esta publicación, según el autor y algunos analistas, es la mención del también expresidente César Gaviria Trujillo como la pieza que le hacía falta al rompecabezas, en palabras de Pastrana Arango, 'el eslabón perdido del 8.000'.
Sectores opuestos al conservatismo, y especialmente del partido Liberal creen que las circunstancias de tiempo y modo en que se da la publicación del libro es una suerte de oportunismo para tensionar el ambiente de la campaña legislativa y escaldar los ánimos en el partido rojo que se prepara para las elecciones al Congreso.
Aparte de las reacciones inmediatas que produjo la presentación del libro y los testimonios de su autor, personalidades del liberalismo como César Gaviria y Horacio Serpa, prefieren no pronunciarse más al respecto. Así se lo hicieron saber a EL HERALDO, cuando se intentó abordarlos sobre el tema.
¿Se puede reabrir el proceso 8.000? Analistas y juristas consultados por este periódico se refirieron a si con los hechos publicados en Memorias olvidadas se podría reabrir el proceso 8.000 e investigar a otras personas. El representante a la Cámara por el Polo Democrático, Germán Navas Talero, dice que 'tengo entendido que hay un acto inhibitorio, pero si aparecen nuevas pruebas no conocidas en su momento, el proceso 8.000 se podría reabrir'.
Navas Talero hace la salvedad de que la Comisión de Acusaciones solo tiene competencia para investigar al presidente de la República, a los magistrados y al fiscal general, es decir, que de verificarse la existencia de nuevos elementos probatorios, sería la justicia ordinaria la encargada de adelantar las investigaciones.
Para el abogado y columnista Ramiro Bejarano, el proceso 8.000 es un caso juzgado y cerrado. Cree además que el libro de Andrés Pastrana y la carta que revela firmada por los hermanos Rodríguez Orejuela no son hechos nuevos. Lo que sí advierte Bejarano es que el cruce de palabras y de ofensas entre Pastrana, Gaviria y el mismo Serpa, simplemente es una 'reyerta deplorable'.
Por su parte el senador Jorge Enrique Robledo establece que las cosas que enredan a Samper no son nuevas, pero sí las revelaciones, según las cuales a la campaña presidencial de Andrés Pastrana en 1994 también pudieron haber ingresado dineros calientes. Es notorio, dice Robledo, que un episodio que se suponía en dos direcciones se bifurca en tres, con la vinculación del expresidente César Gaviria.
El senador del Polo Democrático considera un hecho de suma gravedad las implicaciones éticas y políticas que terminan 'chispeando' a tres gobiernos de Colombia. Agrega que políticamente se debería reabrir una investigación y que algún organismo del Estado tendría que hacerse cargo para sincerarse con el país.