El Gobierno de Colombia y las Farc retomaron hoy sus diálogos de paz en Cuba para intentar avanzar en el tema de drogas y narcotráfico y con el telón de fondo de polémicas como los escándalos de espionaje, corrupción militar o el último atentado contra la izquierdista Unión Patriótica (UP).
Las Farc abrieron en La Habana la vigésimo primera ronda del proceso de paz con expresiones de 'desconfianza', 'preocupación' y críticas ante estos asuntos, en una declaración leída ante los medios por el guerrillero 'Pablo Catatumbo', alias de Jorge Torres Victoria.
'Iniciamos este nuevo ciclo arrastrando una gran desconfianza por el espionaje absurdo de la inteligencia militar y la policía de Colombia, dirigidos por la CIA, para afectar el proceso de paz', señaló la guerrilla sobre el escándalo de las interceptaciones de correos electrónicos a negociadores, líderes de izquierda, periodistas e incluso al presidente Juan Manuel Santos.
Las Farc también aprovecharon para aludir al caso de corrupción en el Ejército colombiano destapado hace unos días, una polémica donde, según la guerrilla, sólo han sido desenmascaradas las 'rémoras que se alimentan de desperdicios' y se ha dejado 'quietos a los voraces tiburones', ya que 'los grandes negociados están en las alturas'.
El pasado 21 de febrero, el presidente Santos dio carpetazo a ese asunto con la instalación de una nueva cúpula militar y la promesa a las Fuerzas Armadas de que su futuro no está en juego en las negociaciones de paz con las Farc en Cuba.
Las Farc criticaron hoy que se haya 'armado un debate ficticio' en Colombia 'con el cuento peregrino de que en La Habana se está negociando el Ejército' y recordaron que el tema de 'justicia y máximos responsables del conflicto' aún no se ha visto en la mesa de conversaciones.
'Sin duda, este será un tema crucial porque debe arrojar satisfacciones fundamentalmente a las víctimas del conflicto, a las partes contendientes y al país. Del manejo inteligente que le demos entre todos dependerá la reconciliación y la paz en Colombia', añadieron.
La reanudación de los diálogos de paz de La Habana se produce un día después del atentado contra la candidata presidencial de la izquierdista Unión Patriótica (UP), Aída Avella, que salió ilesa de un tiroteo a su caravana electoral ocurrido el domingo en la región de Arauca.
Ese suceso ha reavivado los temores a una nueva campaña criminal contra los movimientos de izquierda que ya había sido denunciada por sus líderes.
Para las Farc, el atentado contra Avella equivale además a 'balear la credibilidad del proceso de paz', por lo que exigieron a las autoridades una investigación con resultados inmediatos.
'Registramos con preocupación y rechazamos vehementemente el atentado perpetrado contra la candidata de la UP', manifestó la guerrilla, que reclamó del Gobierno una 'señal poderosa' para garantizar la participación política de la oposición.
En ese nuevo ciclo de conversaciones, los delegados de Santos y de la guerrilla tratarán de seguir construyendo acuerdos sobre el problema de las drogas y el narcotráfico, el tema que actualmente está sobre la mesa de negociación.
En el anterior ciclo, las partes comenzaron a plasmar en papel algunos consensos en la parte relativa a la sustitución de cultivos ilícitos de coca, marihuana y amapola, el primer epígrafe de los tres que integran este punto.
Los otros dos son la prevención del consumo de drogas y la comercialización, aspecto este que tiene que ver directamente con el narcotráfico, fenómeno que en las últimas décadas ha agravado el conflicto colombiano.
Según fuentes cercanas a los negociadores, el ciclo que arranca hoy finalizará el 6 de marzo, tres días antes de las elecciones legislativas donde los colombianos elegirán a los miembros de su Senado y Cámara de Representantes.
EFE