La información de una persona que se identificó como Sandra fue fundamental para que efectivos de la Sijín, previa expedición de captura proferida por el juez 58 de garantías, efectuara la diligencia de registro, allanamiento y captura de Jonathan Vega Chávez, presunto responsable de haber atacado con ácido a la diseñadora Natalia Ponce de León.
Algunos detalles de la forma como se produjo la captura de Vega, bogotano de 33 años de edad, fueron conocidos durante la audiencia de legalización de captura dirigida por la jueza 34 con funciones de control de garantías y en la que al mismo tiempo se decidiría el sitio de reclusión al que será enviado el supuesto responsable del atentado, que llegó a las instalaciones del Complejo Judicial de Paloquemao fuertemente custodiado por miembros de la Policía Nacional.
Jonathan se presentó afeitado, con el pelo corto, luciendo jean, una chaqueta beige y portando casco y chaleco antibalas suministrados por las autoridades, en vista de la repulsión que ha causado en la sociedad el ataque del que presuntamente es responsable. Investigadores del equipo que participó en el seguimiento a Vega y su posterior captura le informaron a EL HERALDO algunos aspectos del operativo y de lo que el indiciado manifestó una vez fue capturado.
Estaba tranquilo. Sereno, tal como se presentó a la sala de audiencias, así se mostró Jonathan ante los efectivos policiales. Según trascendió a los agentes les reconoció haber cometido el hecho justificándolo en una obsesión por su víctima, y a quien conocía desde los tiempos de la infancia. 'Yo quise ayudarla, pero me arrepentí porque podrían llegar los tombos', habría confesado Vega Chávez durante sus primeras conversaciones con las autoridades.
Así mismo, este medio conoció que el sujeto presenta quemaduras en ambas manos, principalmente la derecha, con la que habría manipulado el recipiente que contenía la sustancia con la que atacó a Natalia. Jonathan Vega fue capturado en el sector de El Batán, al norte de Bogotá, en un apartamento en el que estaba conviviendo con algunos familiares, inmueble que está retirado unas veinte cuadras del sitio donde agredió a la joven.
Audiencia retrasada y tensa. La audiencia de legalización de captura que estaba programada para la mañana del sábado, se vio retrasada, según la Fiscalía, porque la abogada de oficio que le fue asignada a Vega Chávez pretendió dilatar el proceso con un cambio del juez asignado y a raíz de una larga entrevista que sostuvo con su defendido. La misma jurista alegó en la audiencia que el procedimiento de captura fue ilegal.
Según la apoderada, funcionaria de la Defensoría del Pueblo, se presentaron varias inconsistencias en el procedimiento. Argumentó que había imprecisiones en la hora, la dirección del domicilio allanado la falta de garantías para Vega Chávez, como la no lectura de sus derechos al momento de la captura.
Sin embargo, la juez desestimó los recursos y decretó la legalidad del procedimiento, una vez pidió las aclaraciones pertinentes a la Fiscalía.
Seguidamente la jurista de oficio presentó recurso de reposición, y mientras lo hacía, la juez 34 le pidió a Vega Chávez que no hiciera movimientos con su cabeza cuando estuviera hablando su apoderada.
En este momento, Vega Chávez rompió su silencio, y dirigiéndose al abogado Abelardo de la Espriella, le gritó: 'qué le pasa huevón (sic), qué es lo que me dice'. En efecto, durante la audiencia se presentaron gestos provocadores de parte del hombre que hoy está en el banquillo de los acusados.
De la Espriella había llamado la atención de que al indiciado no se le puede declarar inimputable por el presunto cuadro de esquizofrenia que padece, por el contrario, anunció que pedirá el máximo castigo que establece la Ley para el delito de tentativa de homicidio, que es de 30 años de prisión.
El abogado cordobés espera que Vega Chávez no se allane a los cargos durante la audiencia de imputación, para que de esta manera no se vea beneficiado con la rebaja de penas que establece la justicia.
Agregó el abogado que el caso de Natalia Ponce de León y el despliegue mediático que ha generado su drama no es un asunto de clases sociales, por el contrario, llamó la atención para que la justicia opere, porque de 700 casos de ataque con ácido que se han presentado en los últimos tiempos, solo se registran diez condenas.
Finalmente, Juan Calos Ponce, hermano de Natalia, demandó un castigo ejemplar para el indiciado y pidió que se endurezcan las penas para este tipo de agresiones.