Va avanzando, aunque a paso de tortuga, el trámite en la Unión Europea, UE, para que los colombianos tengan, por fin, la posibilidad de visitar el Viejo Mundo sin visa.
Esta semana, exactamente el pasado 6 de mayo, el Consejo de Ministros Europeos de Economía y Finanzas, Ecofín, aprobó en Bruselas, como punto sin debate, el reglamento para la exención del visado a Colombia y Perú para visitar los países del espacio Schengen, conformado por 26 naciones, la mayoría de la UE, y algunos denominados terceros países, que decidieron eliminar los controles en sus fronteras desde 1995.
Ya el pasado 27 de febrero, el Parlamento Europeo, PE, había dado su visto bueno para que Colombia y Perú salieran de la 'lista negra' de países a los que se les pide visa, con una votación de 523 a favor y 41 en contra.
No obstante a la luz verde que se le dio al reglamento, por ahora, y según los entendidos durante al menos un año más, los colombianos y peruanos que quieran viajar a Europa durante estancias cortas -más de tres meses requiere de un permiso de residencia o trabajo-, deberán seguir tramitando la visa, ya que aún faltan por concretarse dos pasos en la tramitología diplomática.
Como lo explicó la embajadora de la Unión Europea en Colombia, María Antonia van Gool, la Comisión Europea, CE, deberá, primero, 'evaluar la situación de ambos países' teniendo en cuenta algunos 'criterios establecidos', como por ejemplo el peligro de la inmigración ilegal, el impacto para el orden público y la seguridad, las ventajas económicas o el efecto para el turismo y el comercio exterior.
Así mismo, el órgano europeo valorará asuntos como los derechos humanos, las libertades fundamentales, la coherencia regional y la reciprocidad (que Colombia, como sucede en la actualidad, no exija visa a los europeos).
Sin embargo, en medio de la buena noticia que pudiera ser para algunos el hecho de que vaya andando el tema de la exención, lo cierto es que de los 19 países a los que se les aprobó el reglamento para la eliminación del visado, solo a dos se les deberá hacer este 'estudio de factibilidad y riesgo': Colombia y Perú.
Los demás: Emiratos Árabes Unidos, Dominica, Granada, Kiribati, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Samoa, Islas Salomón, Timor-Leste, Tonga, Trinidad y Tobago, Tuvalu y Vanuatu, no tendrán que ser 'evaluados' por la CE -aunque la embajadora de la UE en Colombia aseguró que estos países llevan un proceso distinto-.
Luego, una vez se surta dicho 'estudio', y si este es 'positivo' para Colombia -según van Gool sí lo será, porque ya está dado el acuerdo político-, se procederá entonces al segundo paso: las negociaciones con miras a la suscripción de acuerdos bilaterales entre Colombia y la UE.
Lo que ha dicho la embajadora, además, es que esta negociación se trata, básicamente, de 'un acto protocolario', y que el tratado es el mismo borrador para todos los países. Pero, advierte que los países Schengen que no son de la UE, como Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, deben ratificar bilateralmente el tratado.
Sucedidos todos estos papeleos, los colombianos podrán ir a Europa sin necesidad de reclamar la visa, diligencia que, como se sabe, implica trámites, tiempo y dinero, pues por ejemplo en la Embajada de España se registra la tasa de visado Schengen para colombianos mayores de 13 años en un valor de 159.100 pesos.
No obstante, y a pesar del acuerdo, la UE seguirá exigiendo el visado, en Latinoamérica, a Bélice, Bolivia, Cuba, República Dominicana, Ecuador y Surinam. Así mismo, la UE advierte que por 'circunstancias específicas', podrá suspender temporalmente la visa a Colombia, por ejemplo, si Bogotá empieza a exigir visado a los países Schengen.
A pesar de lo lento del trámite, que va pasando por al menos cinco instancias de la UE y que viene en su recta final -tras el TLC en diciembre de 2012- desde octubre de 2013, cuando el gobierno español recomendó incluir a Colombia en la lista, se puede ver con optimismo si se compara, por ejemplo, con la posibilidad de la visa a EEUU, que apenas discute si alcanza a aprobar en 2014 una reforma a la xenófoba y vetusta Ley de Inmigración que, básicamente, sigue siendo la misma desde 1965 .