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Ni Sabas Pretelt ni Diego Palacio ni Alberto Velásquez podrán tener prisión domiciliaria porque 'no resulta posible que ante conductas de tamaña gravedad'.

Así lo declara el fallo de la Corte Suprema de Justicia que condenó este miércoles a Pretelt y a Palacio a 80 meses de prisión como coautores de los delitos de cohecho por dar u ofrecer, en concurso material homogéneo dentro del escándalo de la Yidispolítica. Mientras Velásquez fue condenado a una pena principal de 60 meses de prisión.

Según el máximo tribunal en lo penal la prisión domiciliaria 'resultaría intolerable ante la sociedad, y esta no entendería cómo personajes de tan alto nivel cultural y social que denotaron un rango ético y moral muy por debajo de lo que de ellos se esperaba y les era exigible, puedan terminar en su domicilio purgando una condena por delitos cometidos en circunstancias tan complicadas…'.

En uno de sus apartes de la sentencia a manera de lección moral se lee: 'Ni más ni menos se trató del Estado sobornando al propio Estado para el logro de un cambio constitucional que indudablemente afectó el desarrollo institucional del país…'

Para la Corte, los enjuiciados 'acudieron a prácticas corruptoras frente a dos congresistas provincianos de nivel académico muy básico, pobre estructura intelectual y vasta ambición de reconocimiento, circunstancias que, como quedó demostrado, facilitaron el éxito de la labor de convencimiento realizada por los aquí enjuiciados, quienes a diferencia de aquellos tenían un nivel social de amplio reconocimiento, precisamente por su condición de destacados miembros del Gobierno Nacional'.

Y añade: 'son profesionales, egresados de las más importantes y reconocidas universidades del país y del exterior y con varios estudios de postgrado, circunstancias que, como se dijo, les imponía, con mayor razón, sustraerse a la comisión de las conductas ilegales que finalmente ejecutaron'.