Compartir:

La posición de Colombia, que busca cambiar en el mundo la política de drogas, llegó a las Naciones Unidas, en donde se planteó por primera vez un conjunto de doce medidas para que los países miembros cambien su enfoque, sin tocar las convenciones internacionales que rigen en esta materia.

En la apertura de la reunión preparatoria de la Asamblea de Naciones Unidas (UNGASS) 2016, el Ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, en representación del Estado colombiano, les pidió a 120 naciones un revolcón en la lucha contra las drogas y que en este propósito actúen con sinceridad y con respeto por los derechos humanos.

'Por eso quisiera, señor presidente, aprovechar esta oportunidad para señalar doce puntos que deberían hacer parte de un nuevo enfoque en la lucha contra las drogas', expresó Reyes y pasó a esbozar estos doce puntos:

1. Recuperar el fin último de las Convenciones de Drogas que consiste en preservar la Salud y el Bienestar de la humanidad. Para ello, es preciso situar a los seres humanos, sus derechos y su seguridad, en el centro de las políticas de drogas.

2. Armonizar las políticas con todos los compromisos de derechos humanos. Colombia aguarda con mucho interés los insumos que en estas materias proveerá el Consejo de Derechos Humanos. En todo caso, abogamos por la eliminación de la pena de muerte para delitos relacionados con drogas.

3. Garantizar el derecho a la salud con medidas como: a. Abordar el consumo desde una perspectiva de salud pública; b. desarrollar políticas orientadas a reducir o eliminar los daños asociados al consumo; c. Garantizar el acceso equitativo a sustancias controladas, para fines médicos y científicos.

4. Analizar a profundidad, con un equipo multidisciplinario y la participación de la OMS, el fenómeno de las nuevas drogas de síntesis y definir medidas para afrontarlo en el menor tiempo posible.

5. Revisar los sistemas de clasificación y reclasificación de sustancias, a fin de identificar mecanismos que garanticen agilidad y efectividad.

6. Reconocer márgenes amplios de autonomía a los Estados para la formulación y aplicación de políticas de acuerdo con sus propias realidades, nacionales y locales.

7. Promover la participación activa de todo el sistema de las Naciones Unidas como la OMS, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, UNICEF y el PNUD, así como organizaciones de la sociedad civil, en la definición y aplicación de las políticas de drogas.

8. Perseguir de manera más efectiva la delincuencia organizada trasnacional, adoptando medidas para concentrar en este propósito las fuerzas policiales, de investigación y de juzgamiento.

9. Descriminalización del consumo.

10. Medidas alternativas al encarcelamiento para delitos menores relacionados con drogas.

11. Preservar el medio ambiente sano.

12. Revalorar el desarrollo alternativo, asumiendo una perspectiva integral orientada a mejorar las oportunidades, la calidad de vida y las condiciones territoriales de poblaciones expuestas a la economía ilegal de las drogas.