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En un informe del Inpec, revelado este miércoles por la revista Semana, en su edición digital quedó reseñado el insólito caso en el que Emilio Tapia contrató guardianes de la cárcel La Picota de Bogotá y a internos para que le remodelaran la celda.

El documento, fechado el 23 de junio de este año, explica Semana, relata que tras una alerta por radio a la Unidad de Policía Judicial del penal, esta envió hombres a la celda de Tapia encontrando en la misma a dos internos de mínima seguridad, realizando trabajos de 'albañilería y construcción'. Con ellos y en las mismas labores, también hallaron a un dragoneante del Inpec.

Según el documento a Tapia se le encontraron herramientas y material para construcción.

'Durante el registro los funcionarios encontraron en otros lugares del mismo pabellón una nevera y un televisor que no estaban autorizados por la dirección y que inmediatamente incautaron. La celda se selló y Tapia fue reubicado en otra que comparte con otro recluso', contó la revista bogotana.

Los guardias que atendieron el caso documentaron con cámaras todas las anomalías y al final la celda de Tapia fue sellada y este reubicado.

Por estos hechos se abrió una investigación que involucra a varios funcionarios de la cárcel que habrían permitido que Tapia iniciara las obras en su celda, entre ellos, según Semana, el subdirector del centro carcelario, el coronel retirado Miguel Ángel Mota Rodríguez.