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Los palabreros wayuu ofrecieron mediante una carta enviada a los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia y Nicolás Maduro, de Venezuela, su experiencia milenaria para resolver conflictos con finales felices para ambas partes.

En la carta, los palabreros, reunidos este viernes en Maicao (La Guajira) explican que el pueblo wayuu pretende ser el punto de unión y no de divergencia entre las dos repúblicas, que recordaron, son más jóvenes que la población indígena que habita ambas naciones.

Guillermo Ojeda Jarariyu, de la Junta Mayor de Palabreros, dijo que este es 'un llamado que estamos haciendo desde la importancia que tiene el palabrero en nuestra cultura, desde el pensamiento pacífico como legado cultural para que los dos presidentes puedan resolver sus diferencias a través del diálogo respetuoso'.

Quieren la paz

Dijo que esto es con el fin de buscar la convivencia pacífica de todos los miembros de la etnia en este territorio ancestral, ya que se han visto afectados con el cierre de la frontera.

'Queremos que se aproveche la sabiduría del palabrero para que arreglen las diferencias y preservar la convivencia de los wayuu', dijo Ojeda.

El lunes estarán en el sector de La Raya en Paraguachón para llevar su mensaje de paz y reconciliación.

La carta

Parte de la misiva, expresa la necesidad que tienen los miembros del Pueblo wayuu, y que les fue planteada a ambos jefe de Estado.

'En este territorio peninsular, que es uno solo y forma una red ordenada de lugares y caminos conectados por las huellas de nuestros ancestros... continuamos hoy con la labor de mantener amplios los horizontes de estos caminos', explica la carta.

El texto, además agrega, que 'Los wayuu somos el pueblo indígena más numeroso en ambos países y pretendemos ser punto de unión y no de divergencia entre las dos repúblicas, lo que legitima nuestra palabra y otorga autoridad a nuestra postura'.

Remata señalando 'estamos convencidos de que la estética es un principio rector de las transacciones humanas. En consecuencia, el diálogo deberá tejerse con la aplicación y destreza con que nuestras mujeres artesanas elaboran una preciosa mochila y ser tan armónico como un delicado collar.