Cuando todo estaba dispuesto para que comenzara una nueva audiencia correspondiente al juicio que enfrenta el exgobernador Juan Francisco Kiko Gómez Cerchar por el crimen del exconcejal de Barrancas, Luis Gregorio López Peralta, sucedieron dos situaciones inesperadas para las partes intervinientes:
Por un lado, la juez novena especializada que lleva el caso envió con su asistente el anuncio de que la diligencia se postergaría hasta después de las 2:00 de la tarde, en virtud a que no había sido posible localizar un testigo.
Mientras que el exmandatario de La Guajira, sorprendido porque comparecería de manera virtual desde la cárcel La Picota, donde está recluido desde octubre de 2013, reclamó estar presente en la sala para la hora señalada al considerar que se le estaban vulnerando sus derechos.
«Tengo que estar al lado de mi abogado para suministrarle fechas y otros datos. Así, soy un convidado de piedra y no estoy haciendo nada», manifestó Gómez Cerchar a la funcionaria del despacho, con quien mandó razón a la juez para que esta ordenara al Inpec adelantar la remisión.
Pasados unos minutos, al acusado le fue informado que no habría traslado en la tarde, motivo por el cual tendría que permanecer conectado por el sistema virtual desde su sitio de reclusión.
La togada también dijo a través de su intermediaria que no hay lugar a reclamar tal vulneración de derechos porque igualmente el procesado estará presente en el juicio, en tanto que Kiko Gómez exigió que, en sala o desde La Picota, lo que él necesita es tener junto a sí al abogado que lo representa en esta investigación, Iván Cancino González.
A propósito, sobre la presencia virtual del exgobernador, Cancino González explicó que así lo dispuso la juez novena, motivada por las prolongadas demoras en los traslados de Gómez Cerchar que se han presentado en anteriores audiencias.
«Yo estoy preso, no tengo forma de comunicarme con mi abogado», insistió Gómez, al tiempo dijo que estaba listo desde las 5:30 de la mañana y que no era su responsabilidad el hecho de que no se hubiera llevado a cabo la remisión. La juez no aceptó las pretensiones del enjuiciado y le respondió que cualquier inquietud que tenga la exponga en la tarde desde la cárcel.