En un carta de dos páginas Astrid Helena Cristancho Palacio presentó renuncia irrevocable a su cargo de secretaria privada de la Defensoría del Pueblo alegando 'una inclemente violencia verbal y sicológica, gritos, zapateos, matoneos, amenazas, pataletas, malos tratos en general' de parte del defensor Jorge Armando Otálora.
'Hace poco más de dos años y gracias a la confianza que usted depositó en mí y que además me permitió ingresar a esta hermosa institución, asumí la responsabilidad de liderar la Secretaría Privada, sin embargo me encontré desde el principio con una inclemente violencia verbal y psicológica. Gritos, zapateos, manoteos, amenazas, malos tratos en general. Este comportamiento es denigrante no solo para mí, sino para muchos de mis compañeros', se lee en la renuncia.
La funcionaria Cristancho Palacio argumenta en su misiva de renuncia que no soportó más el maltrato psicológico al que habría estado expuesta diariamente por parte del Defensor del Pueblo.
'Teniendo claro mi panorama desde el principio, no renuncie antes por el amor a la institución. Porque de alguna manera soy el equilibrio que ha mantenido el trato cordial hacia los funcionarios que no tienen mayor acceso a su despacho, tratando de aminorar los efectos agresivos de las misiones que no salen como se supone deben salir según sus criterio', dice otro aparte de la carta.
Palacio hace fuertes referencias sobre el trato que el Defensor Nacional le da a sus empleados, lo que pone en la palestra a Otálora.
El Defensor del Pueblo no ha hecho un pronunciamiento oficial ante este caso y ante las denuncias que hace su exsecretaria en la carta de renuncia.
Esta es la carta de renuncia de la exfuncionaria: