BOGOTÁ. En el marco del foro de la revista 'Semana', titulado 'Reficar: anatomía del escándalo', el contralor general de la República, el valduparense Edgardo Maya Villazón, se quejó de que 'Glencore -la multinacional involucrada en la construcción de la planta en Cartagena- le pide a la Contraloría que se arrodille y le pida perdón y, además, que le devolvamos 62 mil millones de pesos de multa'.
Y agregó al respecto el jefe del ente de control fiscal que 'en 10 años, ojalá el Estado no le esté pidiendo perdón a Glencore y a CB&I -la interventora-'.
Explicó Maya que la Contraloría no puede hablar aún de hallazgos porque la auditoría por el tema Reficar está en curso, e igual resta la segunda instancia de prosperar el proceso.
Advirtió el alto funcionario que 'igual como se ha ejecutado Reficar se ejecuta la construcción de una escuelita de 50 millones de pesos. Desafortunadamente en este país es un tema cultural y de tradición'.
Recordó el contralor el itinerario de la Refinería de Cartagena, que comenzó en 1998, cuando el valor se estimó en 560 millones de dólares y el DNP lo rechazó por la crisis del país, y vuelve a surgir en 2004 pero el DNP vuelve a decir que por ser un megaproyecto puede desviarse, y no se ve la posibilidad de endeudar a Ecopetrol para sacar este proyecto adelante, por lo que comienza a configurarse la posibilidad del socio estratégico.
'Asume Ecopetrol como único dueño del proyecto y se estima en 3.900 millones de dólares, se busca con Reficar que Colombia pueda autoabastecerse en gasolina y diesel, y hoy aún no podemos autoabastecernos', señaló Maya.
Describió el contralor en este sentido que tras las pesquisas establecieron que 'las adiciones contractuales superan el 100 por ciento cuando la contratación pública sólo las permite por el 50 por ciento. Y eso en las construcciones del sector privado no ocurre ni ocurrirá nunca'.
Reiteró el funcionario que hoy el costo de la planta es de 8.016 millones de dólares, es decir 4.023 millones de dólares de incremento.
'En el 2010, 29 meses después es que se sabe cómo iba a terminar, con la mitad del proyecto ya hecho. Esta debilidad que encontramos en este proyecto se repite en la mayoría de proyectos de obras públicas: la improvisación, la adición. Tienen más abogados que ingenieros para la construcción de esos proyectos', advirtió el jefe del organismo.
Agregó que encontraron que 'hubo un buen negocio para el privado: Glencore queda con el 51 por ciento del proyecto, y se si hubiera quedado hubiera respondido por 4.800 millones de dólares, pero encontramos que Glencore no tiene la experiencia suficiente. Entonces, dijeron que les afectó la crisis inmobiliaria de los EE.UU. y que se van, y sin solución Ecopetrol les paga 590 millones de dólares, a través de una filial domiciliada en Bermudas, un paraíso fiscal'.
Concluyó Maya al respecto que 'este proyecto deja la enseñanza de que hay que planear los proyectos; que hay que hacer seguimiento a la contratación, pero la Contraloría desde 1991 fue despojada del control previo y vamos a presentar en marzo un acto Legislativo; y, finalmente, que el costeo de los proyectos debe tener un intervalo de confianza'.
Y anunció finalmente el funcionario vallenato: 'pronto entregaremos los resultados de la auditoría a Reficar'.