BOGOTÁ. La plenaria del Senado de la República aprobó en último debate la ley que convierte en obligatoria la donación de órganos en el país, que ahora pasa a la firma del presidente Juan Manuel Santos.
La única manera de que ciudadano impida que sus órganos sean donados a una persona que los necesite, es que así lo manifieste en vida.
Al respecto, el autor de la iniciativa y representante de Cambio Radical por Bogotá, Rodrigo Lara, explicó que 'este es un proyecto que salva vidas y le permite también a muchas personas tener una calidad de vida digna. Lo que se busca es ampliar la presunción legal de donación a las personas que fallecen y no declaren en vida que sus órganos sean donados'.
Añadió el parlamentario que 'cada día aumenta la demanda de órganos pero la oferta se mantiene estable', y aseguró que lo que busca con esta ley es que 'el país se adapte a esa necesidad y se anticipe a las demandas del futuro para que la gente no muera'.
Algunas restricciones
El texto conciliado por senadores y representantes incluye artículos aprobados en ambas cámaras, ampliando la presunción legal de donación de órganos, prohibiendo la donación para ciudadanos extranjeros y pidiendo al gobierno que genere estrategias de información para promoverla.
En este sentido, la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, explicó que la comisión conciliadora se reunió con especialistas 'y determinamos centrarla en la manera en que se da el consentimiento de donación de órganos, por ello se incluyeron los artículos para cambiar la presunción de donación y hoy todos los colombianos serán donantes salvo que manifiesten su negación'.
Agregó la parlamentaria que 'esta iniciativa es para garantizar la transparencia en la donación de órganos, evitar la pérdida de órganos que pueden salvar vidas en el país, motivar a este ejercicio humanitario y luchar contra el tráfico de los mismos'.
La legislación
La ley consta de 24 artículos y en ellos se establece que solo se podrá proceder a la utilización de los órganos, tejidos, componentes anatómicos y líquidos orgánicos, cuando exista consentimiento del donante libre, previo e informado o presunción legal de donación.
Además, establece el articulado que la voluntad de donación expresada en vida por una persona, solo puede ser revocada por ella misma y no podrá ser sustituida por sus familiares.
Del mismo modo, la ley obliga a que las instituciones prestadoras de salud cuenten con recursos humanos y técnicos idóneos a fin de detectar en tiempo real a los potenciales donantes de acuerdo con los criterios y competencias que establezca el Instituto Nacional de Salud, INS.
Finalmente, prohíbe la prestación de servicios de trasplante de órganos a extranjeros no residentes en el territorio nacional, reglamenta la cadena de custodia de los órganos y fija las penas de entre tres y seis años para quien los trafique.
El senador atlanticense del Partido Conservador e impulsador de la iniciativa, Efraín Cepeda, había dicho a este diario que el proyecto 'hace cambios en la ley actual, como por ejemplo que si un ciudadano fallece no tienen que preguntarle a la familia, y esa decisión de donar será irrevocable: vamos a salvar vidas y a mejorar la calidad de vida de muchas personas'.
Las estadísticas
De acuerdo a cifras de la Fundación Nacional de Trasplantados, el año pasado hubo 195 donantes para 2.256 personas en la lista de espera de un trasplante en el país. Y de ese total, solo el 2 por ciento logró un trasplante debido a que por cada donante existen 22 personas en lista de espera.
La entidad informó además que los órganos más susceptibles de donación son los pulmones, el corazón, los riñones, el páncreas, el hígado, los intestinos, así como las córneas, la piel, las venas, las arterias, los tendones y los huesos.
Se calcula que un solo donante puede salvar de siete a diez personas y beneficiar con sus tejidos a un total de 55.