Tranquilo, con algunas canas de más, esposado y sin chaleco antibalas llegó ayer extraditado desde Brasil a Colombia Marcos de Jesús Figueroa, alias Marquitos, el último gran capo colombiano y a quien le adjudican más de 250 asesinatos en La Guajira, Cesar y Magdalena.
Su aeronave, una avioneta policial Beechcraft de número 0208, aterrizó ayer a las 4:15 de la tarde en la Base Antinarcóticos de la Policía, en Catam, proveniente de Manaos, Brasil.
Desde el aparato bimotor fue conducido unos cien metros por una veintena de uniformados fuertemente armados hasta el vehículo blindado que lo llevó a los calabozos de la Dijín, donde pasó la noche a la espera de la audiencia de legalización de captura que se presume para el día de hoy.
Figueroa, según explicó la Fiscalía, será presentado en las próximas horas ante un juez de control de garantías únicamente para la vista de oficialización de detención, pues ya fue imputado de cargos en su ausencia.
Desde Catam, el general Rodrigo González, director de Carabineros de la Policía, dijo que 'llegó el momento de que Marquitos enfrente la justicia. Este criminal tendrá que explicar con claridad sus nexos y a quiénes sedujo a través de la corrupción para poder escapar durante tanto tiempo de las autoridades'.
La comisión del CTI de la Fiscalía y de la Policía llegó hasta Manaos el martes en la mañana, pero en la localidad brasileña se demoró más de lo previsto el proceso de extradición por 'trámites', según contaron fuentes policiales a este diario.
Solo hasta el mediodía de ayer quedó el capo en manos de las autoridades colombianas.
Tras seis meses
Marquitos fue capturado el 22 de octubre de 2014 en la ciudad de Boa Vista, y un mes después Bogotá lo pidió en extradición. No obstante, pasó un año y medio para que se pudiera completar el proceso. De acuerdo a lo que le dijo el general González a EL HERALDO, la demora se produjo 'por las artimañas que a veces emplean algunos abogados'.
La Fiscalía informó que Figueroa es investigado en Colombia por los delitos de homicidio, tráfico de armas y concierto para delinquir, y precisó que 'las tres víctimas del homicidio fueron Dildier Elkin de Jesús Becerra, Iván Martínez Aroca y Alejandro de Besos Boniviento'.
Sin embargo, la Policía reportó que el guajiro de 52 años 'deberá responder por narcotráfico, concierto para delinquir; fabricación, tráfico y porte de armas de fuego y homicidio agravado'.
Agregó el ente policial que al extraditado se le sindica de delinquir 'en alianza con el ‘Clan Úsuga’, dedicándose al contrabando de hidrocarburos, hurto de vehículos, tráfico de armas, salida de cocaína y extorsión'.
Prontuario
Figueroa, con un prontuario que data de 1998, es señalado por la Policía 'de múltiples homicidios ocurridos entre 2008 y 2012, entre ellos, el de Henry Ustáriz y Wilfrido Fonseca; el del político Efraín Ovalle y el de la ex alcaldesa de Barrancas, Yandra Brito'.
El Tribunal Supremo de Brasil aprobó la extradición de ‘Marquitos’ condicionada a un compromiso por parte del Gobierno colombiano de aplicarle una condena de hasta 30 años de cárcel.
Supuestos nexos con ‘Kiko’
El 26 de enero se reencontraron el exgobernador de La Guajira Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez y Marquitos, a quienes se les señala de perpetrar un sinnúmero de supuestos crímenes juntos. En el marco del juicio que se le sigue al exmandatario por el crimen del concejal de Barrancas Luis López Peralta, Marquitos negó por videoconferencia nexos con grupos armados, dijo que no sabía si Kiko Gómez había financiado bandas criminales y aseguró no tener conocimiento de los homicidios que se les imputan. Y lo más llamativo: aseguró que solía cargar una docena de armas 'para mi trabajo de agricultor'. No obstante, otras fueron las aseveraciones de alias El Señor del Desierto en octubre pasado, también por videoconferencia: 'Marquitos era el brazo armado de Kiko Gómez. Él siempre estaba en la casa de Kiko Gómez, él lo acompañaba a toda hora'.