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El municipio El Tarra hace parte de la compleja región del Catatumbo, donde operan cuatro frentes el Eln y tres de las Farc, así como estructuras disidentes de los paramilitares y bandas criminales agrupadas en Los Rastrojos y el Clan Úsuga; la zona es tan caliente en materia de orden público, que hasta la Policía la llama 'Tarrakistán'. 'Es un polvorín, y resulta peligroso y confuso, por el ambiente del país, echarle la culpa a alguien', advierte el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, sobre la desaparición de la periodista Salud Hernández Mora y de los reporteros del canal Rcn Diego D´Pablos y Carlos Melo.

Ávila piensa que aunque el Gobierno debe activar todos los protocolos de inteligencia y de interceptación de llamadas y comunicaciones, es necesario esperar para saber si alguno de esos grupos irregulares tiene en su poder a los comunicadores. Advierte que el Estado, como tradicionalmente lo ha hecho, no puede ingresar con represión a un lugar donde el 60 por ciento de la población vive de economías ilegales.

'En el Catatumbo no hay vías terciarias, no hay acueducto, ni alumbrado; la corrupción es rampante. No hay nada', dice el experto que conoce muy bien la región fronteriza y sabe de los riesgos a los que se expone quien decida entrar. Sin embargo; aclara que aunque Salud Hernández sabía de la complejidad del Catatumbo no se le puede endilgar la culpa de su desaparición, ni tampoco a los reporteros del canal privado.

Sobre la posibilidad de que el ELN tenga en su poder a los periodistas, el analista asegura que lo más importante es que las guerrillas emitan un comunicado sobre si los tienen o no. Salud Hernández es descrita por Ávila como un alto objetivo debido a su fuerte oposición a los procesos de paz, pero 'está por debatirse si el tema tiene un trasfondo relacionado con el tema', advierte.

Ávila reitera que el Catatumbo lo más importante es que Hernández, Melo y D´Pablos aparezcan pronto y sanos, y que además se garantice el ejercicio periodístico de quienes quieran ingresar de aquí en adelante.

Convocan plantón por liberación de periodistas

Las organizaciones Las Voces del Secuestro y la Federación Colombiana de Víctimas de las Farc convocaron a periodistas y estudiantes de periodismo a un plantón en la plaza de Bolívar en Bogotá, por los hechos que son considerados un grave atentado a la libertad de expresión. Para estos movimientos no cabe duda de que Hernández Mora está secuestrada por el Eln, razón por la que consideran urgente la movilización citada a las 11:00 de la mañana del miércoles.

'Es un una reacción social urgente de rechazo por una acción que vulnera la labor del periodismo en todo el territorio nacional», afirmaron voceros de dichas organizaciones, quienes convocaron además a las facultades de periodismo y a las organizaciones de prensa a protestar de manera contundente y radical en contra de secuestro de Salud Hernández Mora y los trabajadores de Rcn. Para el también reportero Herbin Hoyos, director del programa radial Las voces del secuestro, lo sucedido con la colomboespañola «es un atentado a la libertad de prensa y una violación flagrante al Derecho Internacional Humanitario (DIH)'.

Los convocantes de la movilización llamaron la atención respecto a que los periodistas desaparecidos, teniendo esquemas de seguridad de la Unidad Nacional de Protección (UNP) no hayan contado con escoltas en la región por 'pretextos administrativos y de corrupción en la entidad'.

Igualmente, los directores de los principales medios de comunicación se unieron a las voces que piden la liberación de las tres personas.

Aclaración:

Periodistas no son beneficiarios de medidas de protección

La Unidad Nacional de Protección (UNP) aclaró a El Heraldo que los tres periodistas desaparecidos no son beneficiarios de medidas de protección por parte de esa unidad, como tampoco lo son los empleados del canal Caracol John de Jesús Riales y Diego Velosa, quienes estuvieron retenidos por un corto tiempo en la zona del Catatumbo. La UNP desmiente así versiones, según las cuales, habría habido negligencia de su parte para asignar un esquema de seguridad a los reporteros.