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​Desde las reuniones entre el excongresista Alberto Santofimio con los capos Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha hasta el montaje contra el químico barranquillero Alberto Júbiz Hasbum, a quien culparon de ser el asesino, pasando por los testimonios de alias Popeye, Ernesto Báez, escoltas, políticos galanistas y la familia Galán, desentrañó la Corte Suprema de Justicia en medio del proceso que le tomó cinco años y que concluyó esta semana con la condena a 30 años de cárcel al exdirector del DAS y el general de la Policía (r) Miguel Maza Márquez, por el asesinato del precandidato presidencial liberal Luis Carlos Galán, perpetrado el 18 de agosto de 1989 en Soacha, Cundinamarca.

El fallo conocido por EL HERALDO, de 267 páginas y fechado el 23 de noviembre de 2016, con ponencia del magistrado Fernando Castro sentencia a Maza, quien en dos semanas cumplirá 79 años, como coautor de los delitos de concierto para delinquir y homicidio con fines terroristas de Galán; el concejal de Soacha Julio César Peñaloza Sánchez; el escolta Santiago Cuervo Jiménez y de la tentativa de homicidio del también escolta Pedro Nel Angulo Bonilla.

El samario, sociólogo de la Universidad Autónoma del Caribe, fue director del liquidado DAS del 23 de mayo de 1985 hasta el 5 de septiembre de 1991; hoy está recluido en el Cespo de la Policía desde el 20 de noviembre de 2013, en virtud de este mismo caso.

El entramado

La sentencia deja en claro que todo empezó, por supuesto, con la orden de asesinar a Galán, que esta fue dada por narcotraficantes instigados por políticos y que fue ejecutada por paramilitares con la complicidad del Estado.

'Fue impartida por Pablo Emilio Escobar Gaviria y el encargado de materializarla fue Gonzalo Rodríguez Gacha –ambos capos del narcotráfico–, el cual para el efecto echó mano de Henry de Jesús Pérez Durán –excomandante de las Autodefensas del Magdalena Medio–, quien designó a Jaime Eduardo Rueda Rocha –sicario– para que ejecutara el atentado', dice la sentencia.

Entonces empieza a jugar un papel clave el exdirector del DAS, según el máximo tribunal de la justicia ordinaria, pues Rueda Rocha, autor material del atentado, 'se conocía con Jacobo Alfonso Torregroza Mela –también policía, con el grado de teniente, y samario–', quien, a su vez, 'fue impuesto por Miguel Alfredo Maza Márquez como jefe del esquema de seguridad de Luis Carlos Galán Sarmiento'.

Y Maza puso a Torregroza como jefe de seguridad de Galán 'no obstante la inconformidad frente a tal nombramiento, así expresada y transmitida por el propio político y su esposa', frente a lo cual el general (r) 'persistió en ese nombramiento, pasando por alto la falta de idoneidad y capacidad de Torregroza Mela para ese encargo, sumado al comportamiento el día de los hechos, el cual evidenció el incumplimiento de sus funciones'.

Pero el verdadero nexo del hoy condenado con el crimen de Galán era la relación que tenía con Henry de Jesús Pérez y hasta los favores que se hacían. Señala la ponencia que '(…) sobre esa relación se refirieron Alonso de Jesús Baquero Agudelo, alias Vladimir –exjefe paramilitar–, al manifestar que a Pérez Durán y Maza Márquez los unía el interés de combatir a la subversión'.

Y, además, 'José Antonio Hernández Villamizar, alias John –de Los Pepes, grupo paramilitar–, también puso de presente ese nexo, particularmente porque presenció una reunión entre los mismos y conoció que Maza le brindaba información a Pérez sobre los operativos judiciales y órdenes de captura en contra de los miembros de su organización ilegal para evitar que fueran judicializados o privados de la libertad'.