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El abogado Gabriel Ibarra Pardo, del grupo Consultores en Negocios Internacionales, hace un análisis profundo de cómo está actualmente Colombia en materia de competitividad frente a otros países y cuáles son los inconvenientes para entrar a competir de lleno en este sector.

Con la premisa de que la producción de alimentos deberá duplicarse para el 2050, cuando será necesario alimentar a una población global de más de 9 mil millones de personas, inicia su observación. En este sentido, señala que Colombia consta de buenas condiciones al tener un río y estar junto al mar, contar con todos los pisos térmicos, y por no tener estaciones; sin embargo, a pesar de todo eso hay que preguntarse qué está pasando y cómo está el sector actualmente en las diferentes regiones.

Cuestiona la libre competencia del mercado agropecuario a nivel mundial, señalando que, supuestamente, cuando se va a negociar un tratado de libre comercio se piensa en abrirlo a una economía sana y libre de distorsiones. 'Eso nos lleva a una realidad que puede ser una obviedad, porque este sector es distorsionado e inestable y hay factores como los ciclos económicos y los naturales, que llevan a la volatilidad de los precios dependiendo de la demanda. Eso, de entrada, nos saca del contexto de que el sector esté en libre competencia'.

Se refiere también a la libre competencia como algo que no está realmente claro y que en el peor de los casos, no existe.

'Eso de abrir al sector a la libre competencia es realmente abrirlo a la ley de la selva, porque en el mercado internacional no hay superintendencia de industria y comercio ni autoridades que controlen. El mercado internacional es una cloaca, y no estoy hablando de todo, pero no debemos olvidarnos de eso cuando vamos a tomar decisiones económicas', dice.

Refiriéndose al país asegura que, en la práctica, en materia agrícola no ha habido una reforma estructural a largo plazo y que existen contradicciones permanentemente porque cada gobierno llega con una idea diferente para imprimir al sector y no hay idea siquiera de cuáles son las funciones de cada uno de los entes del Estado.

Presenta unos puntos a manera de reflexión y dice que es indispensable fortalecer la coordinación interinstitucional. 'Aquí tiene que haber alguien que comience a dirigir la orquesta para que haya una relación entre el ICA, el ministerio de Comercio, el Invima, el Ministerio de Agricultura y todos los agentes que tienen que ver con la política agrícola para la generación de espacios', sentencia.

Otra de sus anotaciones es que es importante hacer énfasis en la asistencia técnica. 'El ICA es un organismo que se ha convertido en un ente policivo, debiera reflexionarse en el hecho de la asistencia técnica y de la certificación de los pequeños productores'.