Ismael Arciniegas, el colombiano ejecutado la noche de este lunes en China por posesión y tráfico de drogas, le pidió perdón por su error a su familia, narró este martes su hijo Juan José Herrera.
En diálogo con Caracol, Herrera, quien habló unas horas antes de que a su padre le aplicaran la inyección letal, declaró además que Arciniegas murió tranquilo y le dijo que no lo lloraran.
'Me voy feliz, no me lloren', le repitió a su hijo, de acuerdo con la entrevista concedida a la cadena radial.
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Herrera, de oficio tatuador y quien vive en Cali con su madre de 75 años, sostuvo además que Arciniegas 'se fue feliz',
'La condena a muerte es dura y fue el producto de la avaricia, de contagiarse por la ostentosidad de los narcotraficantes, la cual seduce a cualquier persona por más honesta que sea', declaró Herrera.
'Le tocó para sacar adelante a su familia hacer una cosa como esta. Nadie se va por gusto a un lugar donde sabe que le pueden quitar su vida', aseguró en medio del llanto.
Añadió que su padre fue muy consciente de su error hasta el último momento. 'Siempre enfrentó su pena, nunca huyó, nunca dijo no lo hice', recordó.
También se refirió a las condiciones deplorables en las que transcurría el día a día de su papá. Contó que lo permanecía amarrado a la cama de su celda y que cada tres días aseaban el sanitario.