Compartir:

La situación de la seguridad y salud en el sector de la construcción en Colombia reviste una gran complejidad.

A pesar de no tener estadísticas confiables, son evidentes las deficiencias en materia de salud y seguridad que por lo general producen un alto número de lesiones y deterioro de las condiciones de la salud en relación con este trabajo.

La diversidad de actividades de alto riesgo a las cuales se enfrentan los trabajadores en cada etapa del proceso productivo, la variedad del tipo de obra, la limitación de acceso a la seguridad social, la falta de implementación de los equipos de seguridad por parte de los trabajadores y la mala remuneración, son grandes desafíos de la industria de la construcción en el país.

Higinio Pérez Díaz, presidente del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Técnicos Constructores, Tecnólogos, Mandos Medios y afines de la construcción (Fecotecmac), testifica que 'el 70% en el sector de la construcción trabaja en la informalidad -sin seguridad social- y solo el 30% de las empresas cumple con las legalidades del estado'.

Según la nueva cabeza de Fecotecmac, 'esta informalidad siempre ha existido pero se ha desarrollado últimamente dado a la inmigración de las regiones fronterizas y su obligación de trabajar'.

En otras palabras, el presidente del Comité Ejecutivo de la Federación se refiere a la actitud de aceptación de los trabajadores hacía las grandes contratistas que pagan mal y no velan por la seguridad de sus empleados valiéndose de su necesidad de laborar. El hecho de que los empleados acepten el trabajo informal está provocando que en las constructoras no se preocupen por realizar las capacitaciones pertinende tes sobre la utilización de los elementos de protección personal.

Además, incita a que las empresas no se esfuercen por pagar la seguridad social de sus empleados e inviertan en personas capacitadas para prevenir la accidentalidad en el sector. 'Se puede decir que en Colombia existen accidentes en el 90% de las construcciones y no hay personal capacitado en las obras para prevenir estos acontecimientos', destaca Pérez, añadiendo que las pocas empresas que se preocupan por sus empleados lo hacen obligadas por la ley. Aparentemente para las constructoras, no pagar por un personal capacitado y formaciones para sus empleados en cuanto a seguridad, implica ventajas y ahorro.

Sin embargo, cuando un trabajador sufre un accidente representa un grave problema para la empresa. Según Higinio Pérez, 'es más costoso un trabajador accidentado que pagar su seguridad social'. No obstante, aunque lo tienen claro las constructoras deciden correr el riesgo.

Todas las empresas de construcción están conscientes que en cada una de sus áreas existe un riesgo de accidente considerando que está calificado en el nivel 5 - máximo grado de riesgo- y a pesar de ello, no prestan la atención necesaria. Para Pérez, 'desde el inicio hasta el final de la obra más pequeña existe un riesgo', especialmente en las alturas.

Según el código de altura después de 1.50 metros, se identifica alto riesgo y el personal debe ser entrenado a través de un curso de trabajos en altura. La mayoría de las constructoras evitan gastar su dinero y pretenden que el trabajador realice el curso por cuenta propia, pero el presidente de Fecoctemac, considera que 'estos cursos deberían ser suministrado por la empresa teniendo en cuenta los pocos recursos de los trabajadores'.

Es importante que las constructoras ingresen a sus trabajadores al régimen pertinende seguridad integral por ley pero esta seguridad debe ser también preventiva en el lugar de trabajo junto a equipos de prevención como el Comité Paritario de Salud Ocupacional (Copaso) encargado de promocionar y vigilar la Salud Ocupacional al interior de las obra para la adquisición de hábitos seguros.

Normalmente, estas personas entrenadas para evitar los accidentes se encuentran recordándoles a los trabajadores que usen los elementos de seguridad como el chaleco, los guantes, el casco, entre otros elementos de protección. Pero esta responsabilidad no se basa solamente en las empresas sino también en la conciencia de bioseguridad de los trabajadores que debe estar pendiente de cumplir con los protocolos de seguridad para proteger su vida y su salud.

'A veces creen que es obligación únicamente de la empresa pero no, la decisión de esconder los implementos de seguridad y no usarlos puede costar la salud de los empleados', y por ende, 'la seguridad económica de su familia', dice Higinio Pérez.

Una de las entidades que se preocupa por los trabajadores de las obras a nivel nacional es la Federación Colombiana de Técnicos de la construcción que junto a su equipo encabezado por el presidente, vela por el trabajo decente, la buena remuneración y la seguridad para los trabajadores del sector de la construcción.

'Hemos detectado que el sector de la construcción, a pesar que es uno de los sectores que mueve la economía en Colombia y en el mundo, la gente se encuentra mal remunerada y desprotegida'. Finalmente, una de las recomendaciones expuestas por Pérez para las empresas es que si ellos en la licitación cobran la seguridad, las prestaciones y los parafiscales, se las entreguen a los trabajadores porque es una vida humana que se puede perder.

Y a los trabajadores les pide valorar su trabajo para que no sean cómplices de aquellos que se aprovechan de sus necesidades afectando la economía de los hogares que dependen de estos empleados de la construcción.

La Ley 100 de 1993

En el libro tercero se crea el Sistema General de Riesgos Profesionales, como una herramienta eficaz para proteger al trabajador colombiano de los efectos ocasionados por el Accidente de Trabajo y/o la Enfermedad Profesional.

El Sistema General de Riesgos Profesionales es el conjunto de normas, entidades y procedimientos destinados a prevenir, proteger y atender a los trabajadores, de los efectos de las enfermedades y los accidentes que puedan ocurrir con ocasión o como consecuencia del trabajo.