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Al terminar esta celebración, deseo agradecer a Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Arzobispo de Cartagena, las amables palabras que me ha dirigido en nombre de sus hermanos en el episcopado y de todo el pueblo de Dios.

Saludo al señor Presidente Juan Manuel Santos y a las Autoridades civiles, y a todos los que han deseado unirse a nosotros en esta celebración Eucarística, aquí a través de los medios de comunicación.

Agradezco el esfuerzo y colaboración para haber hecho realidad esta visita. Son muchos los que han colaborado dando su tiempo y su disponibilidad. Han sido días intensos y hermosos en los que he podido encontrar a tantas personas, y conocer tantas realidades que me han tocado el corazón. Ustedes me han hecho mucho bien.

Queridos hermanos, quisiera dejarles una última palabra: no nos quedemos en «dar el primer paso», sino que sigamos caminando juntos cada día para ir al encuentro del otro, en busca de la armonía y de la fraternidad. No podemos quedarnos parados.

El 8 de septiembre de 1654 moría aquí mismo san Pedro Claver; lo hacía después de cuarenta años de esclavitud voluntaria, de incansable labor en favor de los más pobres. Él no se quedó parado, después del primer paso siguieron otros y otros. Su ejemplo nos hace salir de nosotros mismos e ir al encuentro del prójimo.

Colombia, tu hermano te necesita, ve a su encuentro llevando el abrazo de paz, libre de toda violencia, esclavos de la paz, para siempre.