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Assi Moosh (Ben-Mush), el israelí expulsado de Taganga, Santa Marta, por organizar fiestas privadas en un hotel de su propiedad con prostitutas y drogas, de acuerdo con las autoridades, también tenía sedes similares en Cartagena, Bogotá, Medellín, Ecuador, Brasil y México. Según Migración Colombia, el extranjero no podrá volver al país en 10 años.

Moosh, de 43 años, es señalado por la Policía de liderar una red internacional de trata de personas, microtráfico y planes de turismo sexual, coordinada desde ‘El pequeño Israel’, como se le conocía al hotel en Taganga. Desde allí, por medio de clubes o fundaciones fachada, ofrecía sus planes para extranjeros y, sobre todo, israelíes.

De acuerdo con la Policía Nacional y Migración Colombia, que lideraron el operativo contra el sujeto, a través de terceros conseguía todos los permisos de operación turística y hotelera, y de esta manera no era detectado por la fuerza pública.

La detención del extranjero se dio cuando llegó acompañado de un séquito de hombres armados a las oficinas de Migración Colombia, en Santa Marta, donde iba a hacer diligencias para nacionalizarse colombiano.

Allí, con la misma ropa playera con la que fue capturado, esperaba anoche su traslado, primero a España, y de ahí a Israel, donde lo dejarán dos oficiales de Migración, a recaudo de las autoridades de su país, que también 'lo buscan por su presunta responsabilidad en delitos como microtráfico, extorsión y trata de personas', según una fuente oficial.

Lo que por ahora tratan de establecer las autoridades es si Moosh está relacionado con el video que se conoció hace algunos meses donde se promocionaba una playa de Cartagena para fiestas sexuales.

Un emporio

Assi Moosh, el ‘intocable’, como le llaman, porque había que contar con su visto bueno para organizar actividades sociales, fue el que quizás más dinero y poder obtuvo en su estancia en Taganga, pero también el que más ha estado en boca de todos, por sus francachelas y fiestas sin control en su hotel de razón social ‘Benjamín’, en donde de acuerdo a la comunidad, se consumía droga y alcohol en bacanales exclusivos.

Moosh construyó el emporio hace 7 años, en una casa lote de un taganguero que había perdido la propiedad con una entidad bancaria. 'El edificio que iba a construir era de dos pisos, pero él le hizo tres', dijo un habitante que pidió reserva de la identidad.

El hotel se convirtió en un búnker, el cual era el hospedaje de los compatriotas de Moosh, muchos de ellos militares que llegaban de vacaciones.

El 14 de enero pasado su nombre retumbó en las esferas sociales de Santa Marta luego que los tagangueros denunciaran que en el sitio Playaca Beach Club Social S.A., también suyo, se realizó una fiesta electrónica, con música en altos decibeles y que fue un espacio para la lujuria y el consumo de narcóticos y alcohol.

El inconformismo y malestar de la comunidad fue mayor al enterarse que la fiesta tenía el visto bueno de la Policía Nacional, sin embargo, más tarde, la institución aclaró que la autorización se había dado pero para un acto cultural.