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Al menos cuatro personas murieron y otra resultó herida en un presunto combate entre disidencias de las FARC y la guerrilla ELN, que negocia la paz, en una remota zona del suroeste de Colombia, informó este miércoles el ejército.

El saldo de muertos y heridos sería el resultado de un enfrentamiento el lunes entre guerrilleros del Frente Comuneros del Sur del ELN, último grupo rebelde reconocido por el gobierno, y disidentes de las FARC en un caserío del municipio de Magüi Payán, departamento de Nariño, dijo el general Sergio Tafur a periodistas.

El comandante de la Fuerza de Tarea Pegaso del Ejército, que opera en la zona, afirmó que la fuerza pública llegó este miércoles al lugar y en una vivienda encontró 'cuatro cuerpos' en 'proceso de velación'.

Tafur aseguró que el 'mal clima' en el sector retardó la llegada de las tropas.

El choque también dejó a una mujer herida, que fue trasladada al hospital de Tumaco, un puerto sobre el Pacífico azotado por el narcotráfico y el conflicto armado que hace medio siglo desangra a Colombia.

El alcalde de Magüi Payán, Walter Hernando Quiñones, explicó que la cifra de fallecidos podría ascender porque la fuerza pública aún no ha recorrido toda la zona.

'Esperamos que ellos vayan a las otras veredas y verifiquen, están en eso', dijo a la AFP.

Tafur aseguró que los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de la exguerrilla FARC, ahora desarmada y convertida en partido político, se disputan este territorio para controlar el narcotráfico y la minería ilegal.

Magüi Payán es un municipio de unos 23.000 habitantes dedicados mayoritariamente a la agricultura, explicó su alcalde.

Con unos 1.800 combatientes, el guevarista ELN está en cese al fuego con el gobierno desde el 1 de octubre, en el marco de los diálogos de paz que se desarrollan en Quito.

Está previsto que el silencio de los fusiles finalice el 9 de enero, aunque las partes no descartan prolongarlo.

Gobierno y expertos coinciden, por otro lado, en que entre 700 y 1.000 disidentes de las FARC se apartaron del proceso de paz, que culminó con la firma de un acuerdo en noviembre de 2016, para dedicarse al narcotráfico.