Luego de que Gustavo Bell Lemus fuera designado este martes por el presidente Juan Manuel Santos como nuevo jefe negociador del gobierno en la mesa con el ELN, varios especialistas en el tema dieron a conocer su opinión frente al anuncio.
Bell, quién fue exvicepresidente de la República en el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), en donde además ocupó el cargo de ministro de la Defensa, y fue embajador de Colombia ante el gobierno de Cuba durante los cinco años que se demoró el proceso de negociación con las Farc en ese país, llega a la cabeza de la quinta fase de negociaciones con el grupo al margen de la ley, esto luego de la salida de Juan Camilo Restrepo, quién renunció a su cargo como jefe negociador argumentando razones personales y dejando pactado un cese bilateral temporal al fuego que arrancó el primero de octubre y que va hasta el 9 de enero próximo.
En ese sentido, COLPRENSA habló con dos especialistas sobre lo que deberá afrontar Bell Lemus como cabeza de un proceso que en diversos momentos ha sido duramente criticado por la demora en tomar decisiones, lo mismo que por hechos violentos como la muerte del líder indígena del Chocó Aulio Isaráma.
Su nombramiento
Para León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación la decisión del presidente Juan Manuel Santos al anunciar a Bell como jefe negociador es acertada resaltando tres aspectos en los que se perfilaba para el nombramiento.
'En primer lugar, Bell tiene una máxima representación en la vida colombiana, es una persona de altas calidades intelectuales. En segundo lugar, representa a un sector político más ligado al proceso de paz desde Pastrana y eso hace menos vulnerable la mesa. Finalmente, al estar retirado del avatar político inmediato y de intereses electorales va a tener más tranquilidad en esas negociaciones en medio de una controversia política muy dura como la que va a tener la próxima campaña electoral', dijo Valencia.
De igual forma, desde la academia también hubo un pronunciamiento por parte de Carlos Medina, miembro del centro de Pensamiento y Seguimiento al proceso de paz de la Universidad Nacional, quien afirmó que 'en estos momentos la situación es compleja y para ello se requiere de un hombre de temperamento que juegue un papel determinante y recoja experiencia de lo que fueron las conversaciones encabezadas por Juan Camilo Restrepo'.
En ese sentido, los especialistas coinciden en que el acumulado que hay hasta el momento de las conversaciones se deben mirar de forma positiva para ir más allá de las dificultades y tener presente los avances coyunturales, como el cese al fuego, que Bell debe mantener teniendo en cuenta el retrovisor del proceso con las Farc.
'Los que atacan el proceso del lado de la derecha van a tener más confianza en una persona como Bell que hace parte de esa corriente política pastranista. Y eso da para que el mismo Pastrana tenga más consideración con el proceso al ver quien está en la cabeza de la mesa', añadió el director de la fundación paz y reconciliación.
Sus tareas
Los expertos consultados resaltan que Bell llega en un momento de tensión en la mesa de diálogo y que se enfrentará a tres grandes retos que priman sobre la estabilidad del proceso.
Uno de ellos es la prórroga del cese bilateral al fuego que vence el 9 de enero al iniciar una nueva fase de conversaciones. 'Primero que todo Bell debe centrarse en garantizar el cese al fuego, es una exigencia que están haciendo las comunidades en los territorios porque eso ha traído paz y tranquilidad a lugares que han sido vulnerados, se debe pensar en las comunidades antes de dar un paso más', explicó el profesor Medina.
León Valencia resalta que 'se debe dejar bien avanzado el proceso o firmar un acuerdo antes de que llegue el próximo presidente, esto por la incertidumbre que se tiene de las elecciones del 2018. El nuevo Gobierno es tan incierto que no se sabe si acabe esa mesa o pueda proseguir hasta conseguir un acuerdo de paz'.
De acuerdo con los especialistas, un tercer reto que le espera a Bell es lograr construir un equipo 'sea suficientemente capaz de acompañarlo con un sentido ético para trabajar y que esté alejada de toda la controversia política que se viene para que entienda la cultura y naturaleza del ELN', señaló Medina.
Finalmente, Valencia y Medina coinciden en que el nuevo jefe negociador debe realizar ajustes a la agenda y trabajar en los temas principales, como la participación política de ELN, logrando un avance significativo en la negociación antes de terminar este mandato.