Compartir:

Mientras pasan las horas de tensa calma para 130 mil habitantes ribereños de 17 localidades de Antioquia, Córdoba, Sucre y Bolívar que ojalá no se vean afectadas por un eventual colapso de la represa hidroeléctrica de Hidroituango, en el río Cauca, a la altura del corregimiento paisa de Puerto Valdivia, es imposible no hacer un paralelo con una de las peores catástrofes de inundación en el país en los tiempos recientes: la tragedia del sur del Atlántico.

Una furiosa ola invernal hizo que el martes 30 de noviembre de 2010, a las 4:40 de la tarde, se rompieran en el kilómetro 3 más de 300 metros de la carretera paralela al Canal del Dique, entre Calamar y Santa Lucía, Atlántico, abriendo un boquete de 240 metros de largo y dejando entrar al cono sur del Departamento más de 2.200 millones de metros cúbicos de agua, convirtiendo casi que en un mar los municipios de Santa Lucía, Campo de la Cruz, Candelaria, Manatí, Repelón, Suan, Luruaco y algunos corregimientos de Sabanalarga.

Esa tragedia dejó unas 180 mil víctimas que perdieron sus animales, cultivos y casas. Las aguas incontrolables que dejó el fenómeno de La Niña encontraron una infraestructura hídrica deteriorada, un sistema agrícola precario y unos habitantes en alta situación de vulnerabilidad.

En el caso de Hidroituango, hay versiones encontradas que luego de que ojalá pase la emergencia y permanezcan a salvo personas, animales, cultivos e infraestructura, deberán esclarecerse. Y fundamentalmente el hecho de si la situación fue producto de causas de la naturaleza, como lo sostiene la EPM, o si, como se investiga, se dio a raíz de ‘ahorros’ en los recursos invertidos en construcción, aceleramientos peligrosos del proyecto, fallas en los diseños o decisiones en contravía de lo ambiental.

La situación actual

Por fortuna, los más recientes reportes sobre Hidroituango son alentadores: el gerente de Empresas Públicas de Medellín, EPM –empresa encargada de la represa–, Jorge Londoño, informó que los trabajos para alzar la presa avanzan de forma positiva, debido que el río Cauca ha venido bajando sus niveles: 'El río se ha reducido en su caudal de ingreso cerca de un 20%, lo cual es bastante positivo porque nosotros estamos contra tiempo reloj, sino contra tiempo embalse, cuando este sube más rápido o no, pero vamos por buen camino'.

Agregó el directivo que 'lo que está saliendo es por dos vías, una por túneles de descarga que tiene la casa de máquinas y es un 75% y otra parte que calculamos es un 25% está saliendo por la galería 284, que es el túnel vehicular. (…) El embalse se ha venido reduciendo lentamente. Si todo sigue como va, comenzando la semana, posiblemente el día lunes, (…) si nosotros alcanzamos la cota, tendremos la opción de seguir dejando fluir el agua por casa de máquinas y que se activan los vertederos para darle manejo a la salida del agua y así garantizar una mayor seguridad a las comunidades'.

Por su parte, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, UNGRD, mantiene medidas de evacuación preventiva y alerta en la zona: 'Se mantiene la orden de evacuación preventiva en los municipios de la zona de influencia, esto es en Antioquia (Valdivia y su corregimiento Puerto Valdivia, Tarazá, Cáceres, Caucasia y Nechí; y aguas arriba, Briceño e Ituango), así mismo en estos municipios de Sucre (Majagual, Guaranda, San Marcos, Sucre, Caimito y San Benito de Abad), Córdoba (Ayapel) y Bolívar (Achí, Magangué y San Jacinto del Cauca), mantenerse atento a la información oficial'.


¿Qué fue lo que pasó?

Una presa o represa es, básicamente, una barrera sobre un río para embalsar el agua y elevar su nivel con el fin de derivarla y aprovechar su movimiento en la producción de energía eléctrica.

De esta forma, en Hidroituango, EPM, para poder construir la presa en 2014, tuvo que desviar el río Cauca a través de dos túneles de desviación, cada uno de 14 metros de diámetro.

En 2018, a unos meses de que empezara el llenado de la represa, EPM selló uno de los túneles de desviación y al otro túnel le pusieron un tapón para empezar el sellado definitivo, y por lo pronto desviaron el río por un tercer túnel.

Sin embargo, según EPM, tres 'derrumbes' o 'fallas geológicas' ocurridas entre el 28 de abril y el 7 de mayo pasados taparon el paso del río por el tercer túnel y como los otros dos túneles estaban sellados el agua se represó, amenazando los pueblos aguas abajo y la propia presa, entonces EPM trató de abrir con explosivos los primeros dos túneles, pero había mucha lentitud en el proceso (solo habían podido volar 7 de los 22 metros que compone el tapón de concreto) y el invierno arreciaba.

Por ello, el 10 de mayo pasado, EPM decidió evacuar el agua por la casa de máquinas, que es el lugar donde se transforma el movimiento del agua en energía eléctrica. Esta alternativa atrasaría y encarecería la obra, pues aún no estaba lista la estructura. La obra costaba $11,4 billones y se entregaría el próximo 30 de noviembre.

No obstante, el 12 de mayo pasado el tercer túnel se destapó, según EPM, de forma natural, y esto, más la salida del agua por la casa de máquinas, hizo triplicar el caudal normal del río. Como consecuencias, hubo afectaciones a 600 habitantes, 60 casas y tres puentes del corregimiento de Puerto Valdivia, en Valdivia, Antioquia.

Horas después, el túnel fue tapado y el agua volvió a represarse. Sin embargo, advierte la empresa, esto puede volver a ocurrir en cualquier momento. Por ello, EPM suspendió los trabajos en los túneles y dispuso 11 mil trabajadores para terminar la presa en el menor tiempo posible.

El 15 de mayo la Gobernación de Antioquia decretó la calamidad pública por 30 días. Pero un día después una nueva falla en el cuarto de máquinas produjo que los trabajos tuvieran que ser suspendidos un par de días más.