Un fiscal de la Dirección de Apoyo a la Investigación y Análisis contra la Criminalidad Organizada presentó escrito de acusación contra los integrantes del denominado comando central (Coce) del ELN y algunos jefes de frente, como presuntos autores de los delitos de rebelión y secuestro extorsivo agravado.
El escrito de acusación compromete a Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino; Eliécer Herlinton Chamorro Acosta, alias Antonio García; Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán; Rafael Sierra Granados, alias Ramiro Vargas; Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía o Carlos Marín Guarín, alias Pablito; José Leinner Franco Pérez, alias Barbas o Marcos, cabecilla del frente Héctor del ELN, señalado de custodiar a los periodistas secuestrados. Contra esta persona fue librada orden de captura.
De los integrantes del ELN señalados se encuentra suspendida la orden de captura de Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, por solicitud del Gobierno Nacional según lo dispuesto en la Ley 418 de 1997.
Los hechos investigados tendrían relación con la retención ilegal de varios periodistas y el robo de sus equipos técnicos mientras realizaban el cubrimiento de información en la región del Catatumbo.
El primer evento que se les atribuye a los cabecillas del ELN ocurrió el 21 de mayo de 2016, en El Tarra (Norte de Santander), donde fue secuestrada la periodista Salud Hernández Mora.
En las indagaciones se constató que la periodista española recorría la zona y realizaba una investigación sobre la erradicación de cultivos ilícitos, y habría sido engañada por dos presuntos integrantes del ELN, quienes se comprometieron con devolver el material que el día anterior, 20 de mayo de 2016, otro grupo de personas le quitó a la comunicadora; pero en realidad se la llevaron hacia la vereda Buenos Aires, donde permaneció secuestrada durante siete días.
Posteriormente, el 23 de mayo de 2016, el periodista Diego Alonso D´ Pablos y su camarógrafo, Carlos Alberto Calderón, llegaron al Catatumbo para hacer la cobertura noticiosa sobre el secuestro de Salud Hernández Mora y, de igual manera, fueron despojados de sus elementos de trabajo y estuvieron en poder del ELN durante cuatro días.
Situación similar enfrentó el reportero Diego Fernando Veloza Duque, quien era acompañado por dos locutores locales, William del Carmen Mora Trujillo y Zulay Ropero. Las tres personas fueron retenidas durante algunas horas por integrantes del ELN, que les impidieron continuar con el cubrimiento informativo del secuestro de la periodista española.
Un año después, el 21 de mayo de 2017, los periodistas holandeses Derk Johannnes Bolt y Eugenio Ernest Marie Follender, fueron secuestrados en zona rural de El Tarra (Norte de Santander). Los reporteros realizaban un documental y buscaban a los padres biológicos de niños adoptados por parejas holandesas y, en el ejercicio de las labores de reportería, guerrilleros del frente Héctor del ELN los interceptaron, les quitaron el material de sus entrevistas y los trasladaron en medio de amenazas a la vereda Filo Gringo, donde permanecieron en contra de su voluntad durante ocho días.
En el curso de las investigaciones el fiscal de conocimiento identificó lo que sería una directriz del ELN, relacionada con ejercer presión y coartar la función de informar de los periodistas que cuestionan y, en su concepto, lesionan los intereses de la organización. El material probatorio que reposa en diferentes expedientes daría cuenta que dicha instrucción sería promovida desde los máximo jefes del ELN hasta los cabecillas regionales.