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En el marco de un debate de control político en la Comisión Primera de la Cámara sobre la crisis migratoria venezolana, los congresistas citantes rechazaron una eventual intervención militar en Venezuela, abogaron por mantener la frontera abierta y señalaron que la problemática humanitaria se resuelve con 'consensos democráticos'.

La primera citante en intervenir, la representante conservadora Adriana Matiz, advirtió que 'una intervención militar agravaría el problema y demandaría mayores recursos por parte de Colombia', y señaló en este sentido: 'Venezuela no se recupera con acciones militares sino con consensos democráticos'.

A su vez, el guajiro Alfredo Deluque, de La U, también citante, puso de presente que 'la guerra es el escenario perfecto para Venezuela, es llevarlos a ellos a la cortina de humo que necesitan para esconder sus problemas, y aunque Trump dice que respaldaría a Colombia, ese debería ser el último escenario: esa guerra duraría 5 días pero tardaríamos 100 años en recuperarnos de sus efectos'.

Y agregó al respecto: 'Además, qué culpa tienen los venezolanos de que estos irresponsables hayan llegado al poder. El conflicto bélico debe ser la última opción, luego de haber agotado todos los intentos diplomáticos'.

Matiz, al inicio, presentó un contexto sobre las cuatro etapas de la migración: 'de 2002 a 2004 fue una migración política tras el golpe de Estado de Hugo Chávez; a 2009 fue una migración para proteger su patrimonio con sus empresas Locatel y Farmatodo, entre otras; a 2014 fue de estudiantes para estudiar y trabajar en Colombia y la migración a 2018 es buscando una vida digna'.

Acto seguido, la parlamentaria citó una serie de cifras que dan cuenta de la emergencia social, económica y política que se vive al otro lado de la frontera: 'En 2017 Venezuela tuvo una recesión del 11,9% y una caída de la economía del 14%. A finales de 2018 organismos internacionales creen que la inflación en Venezuela puede ser de un millón por ciento. La pobreza es del 87%, en 2014 era del 48%. Más de 500 mil empresas han cerrado en Venezuela. 8,2 millones de venezolanos consumen dos o menos comidas en el día. La desnutrición de niños es del 78%. Los medicamentos esenciales están disponibles solo en el 20%. El 66% de los centros médicos presentan problemas de agua'.

Y frente a la crisis migratoria que golpea el territorio nacional, puso de presente Matiz que más de 3 millones de venezolanos han salido de su país y según Migración, hay un millón en Colombia, convirtiéndose en el país de la región que ha recibido la mayor parte.

Deluque, a su turno, recordó que 'aunque hay quienes ven la solución de Venezuela en un golpe de Estado militar interno, Maduro se ha ganado a los militares por los bolsillos, y ganan el doble de un maestro por ejemplo. Ha habido una compra de conciencias'.

Advirtió así mismo que los venezolanos que no han venido por los puntos oficiales 'superan el millón de venezolanos que según Migración han ingresado a Colombia'.

Y abogó por mantener la frontera abierta por una necesidad humanitaria del vecino país: 'Esa frontera no la podemos cerrar, porque ellos, los hermanos venezolanos necesitan nuestra ayuda, y ellos nos ayudaron en otros momentos a nosotros'.

En respuesta, la vicecanciller Luz Stella Jara reiteró que el de la migración venezolana es un fenómeno que tiene que abordarse de manera interinstitucional.

Se refirió además al fondo multilateral de donantes y dijo que 'este debe canalizar recursos de países con sensibilidad frente al tema y en la reunión del Grupo de Lima quedó claro que el país más afectado con la migración venezolana es Colombia'.

Finalmente, Christian Kruger, director de Migración Colombia, hizo un llamado para que todos los colombianos entiendan este problema como suyo y se conviertan en parte de la solución: 'El de los migrantes venezolanos no es un problema solo del Gobierno o del Congreso, es de todos los colombianos, de los ciudadanos y de los sectores productivos que los reciben y los emplean'.