El magíster en Ingeniería de Recursos Hidráulicos de la Universidad Nacional, Pedro Felipe Arboleda, determinó a través de un modelo computacional que el cambio climático en las cuencas del Magdalena y del Cauca generaría alteraciones en la humedad de la primera capa del suelo y en la evapotranspiración, afectando los patrones de flujo y almacenamiento hídrico en estas macrocuencas.
'Menor humedad en la primera capa del suelo y menor evapotranspiración implican que la interacción entre el suelo y la atmosfera va a depender más del intercambio de calor sensible, y menos del intercambio de agua con la atmosfera, lo que se traduce básicamente en una superficie más caliente', indica el ingeniero, quien además explicó que las zonas con mayores cambios en humedad del suelo se presentarían especialmente en el valle medio del Magdalena, en el alto y medio Cesar y en la zona de La Mojana.
Asimismo, las zonas con mayor humedad en el suelo se presentan en los valles altos del Magdalena y del Cauca, y en el altiplano cundiboyacense, en donde también aumentaría la evapotranspiración.
'Todo esto se ve reflejado en los valores de caudal, pero también observamos que si solo ocurriera un cambio climático, los valores de caudal tenderían a aumentar, aunque en ocasiones el cambio en uso del suelo y las coberturas podrían disminuir estos valores', explicó el investigador, quien realizó proyecciones al 2040, 2070 y 2100.
El estudio contó con la dirección del ingeniero Erasmo Rodríguez y se desarrolló en el marco del proyecto internacional Earth2Observe (Global Earth Observation for Integrated Water Resource Assessment), la cual es una iniciativa colaborativa con la que se buscaba contribuir a la evaluación de los recursos globales de agua, mediante el uso de nuevos conjuntos de datos y técnicas de observación terrestre.
'En este proyecto participaron universidades de todo mundo, con el objetivo de generar datos hidrometeorológicos globales y probar la utilidad de esa información en seis cuencas piloto alrededor del planeta, entre las que resultó elegida la cuenca Magdalena-Cauca', aseguró el investigador.
Para su estudio, el ingeniero Arboleda decidió implementar un modelo de interacción suelo-superficie hidrológico llamado MESH, por medio del cual se analizan los efectos del cambio climático en la cuenca, junto con otros tres modelos aplicados por otros investigadores en el marco del proyecto.
'La aproximación normal de los modelos hidrológicos es la de simular solo el balance hídrico. Hasta el momento no se había implementado un modelo que también simulara el balance energético para toda la macrocuenca, aunque ya existían experiencias en cuencas más pequeñas', explicó Arboleda.
El investigador también consideró que aunque este estudio aporta una nueva base para realizar análisis de los flujos de agua en un área tan extensa, tales simulaciones podrían no ser suficientes para una cuenca de esta magnitud, ya que recorre alrededor del 30 % del territorio nacional.
En ese sentido, el Arboleda optó por un modelo que incluyera en la simulación el balance energético, que se refiere al intercambio de energía que se produce entre la atmosfera y la superficie terrestre, con el que se obtuvo un modelo que utiliza ecuaciones físicas y no solo relaciones empíricas, lo que es esencial para la simulación en escenarios de cambio.
'La información obtenida en el estudio resulta valiosa porque permite tener una idea más clara de los cambios en la hidrología, que pueden traer fenómenos como el cambio climático y tomar decisiones de gestión con base en los datos que proveen estos modelos', indicó Arboleda.