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'Al pueblo lo que es del pueblo, Al César lo que es del César, y adiós porque yo me voy'. 'Es mejor convencer que vencer'. Dos frases que dejó como legado Belisario Betancur Cuartas, el 52° presidente de la república de Colombia.

Desde 1982 hasta 1986 que duró su mandato nada más tenía una consigna, la paz. Se considera que Betancur fue el pionero de la paz en Colombia. Desde el inicio de su gobierno se planteó en su cabeza la necesidad insaciable de llevar a cabo una reforma política que le trajera consigo diálogos con las guerrillas y demás grupos ilegales, con el fin de una solución negociada del conflicto armado.

El hijo preferido de Amagá, un municipio situado en la subregión sureste del departamento de Antioquia; nació en el seno de una familia humilde y numerosa, el hombre que hace cinco años al ser preguntado si se consideraba el mejor presidente que ha tenido el país y que muy serio contestó, 'no creo que haya sido el mejor presidente, pero sí el mejor expresidente', falleció este viernes a sus 95 años a causa de una enfermedad renal.

Desafortunadamente su última casa fue la clínica Santa Fe. Cursó estudios de derecho y arquitectura en la Universidad de Medellín. Desde muy temprana edad reconoció un amor que en un principio parecía platónico por la forma en que con el pasar del tiempo le era esquivo: la política. El mismo año en que contrajo matrimonio con Rosa Helena Álvarez (1945), empezó a luchar por sus sueños.

Inició como diputado a la Asamblea de Antioquia por el partido Conservador. En 1950 llegó a la Cámara de Representantes. Tres años más tarde fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por Gustavo Rojas Pinilla. En 1963 fue elegido Ministro de Trabajo en el gabinete de Guillermo León Valencia, y en 1976 fue durante dos años embajador en España.

Betancur quería más, cada vez más. Su límite, la presidencia. Sin embargo, no fue fácil en un principio a pesar de su ya marcada trayectoria. Fue candidato en tres oportunidades, 1970, 1978 y 1982. Como dice el dicho: 'tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe', logró lo que tenía entre cejas.

Lista de cubo

El 30 de mayo de 1982 con un total de 3.168.592 sufragios, hasta entonces la mayor votación en la historia del país, siendo el candidato del Movimiento Nacional, obtuvo la presidencia. Betancur sabía que tenía una enorme responsabilidad. En su ‘bucket list’ (lista de cubo), estaba cumplirle al pueblo colombiano cada una de sus propuestas antes de ser elegido.

Lo primordial, la paz en el país. Se caracterizó por la clara voluntad de cortar de raíz con la violencia en Colombia. Logró que tres grupos guerrilleros (Farc, M-19 y ELP) firmaran un acuerdo de paz que finalmente no se concretó, pero hizo que quedara en la retina de colombianos, como el hombre que proponía un cambio.

Durante su gobierno, Belisario Betancur fue el primer presidente que designó mujeres en altas posiciones del Estado. Decretó la vivienda sin cuota inicial. Creó el Consejo Regional de Planeación (Corpes), el Consejo Departamental de Planeación y la Oficina de Desastres de la Presidencia. Aprobó la ley sobre elecciones popular de alcaldes. Las reformas a los regímenes departamental y municipal, al Congreso y a la justicia. La ley de los días festivos trasladados a lunes. También fue el precursor de la emisión de los canales regionales de televisión como Teleantioquia y Telecaribe.

Por otro lado, su predecesor, Julio César Turbay, dejó la economía del país casi que por el piso. La espalda de Betancur tuvo que cargar una inflación del 25% anual con tasas de interés por encima del 30%. Las finanzas públicas arrastradas y una rotura increíble del sistema financiero.

Belisario tuvo que asumir la deuda externa latinoamericana. El país dependía del crédito externo. A pesar de lo anterior, Betancur mantuvo las importaciones, la inversión extranjera, y aprovechó los lazos que tenía con Estados Unidos para que el FMI (Fondo Monetario Internacional) le hiciera cada tres meses monitoreo a la economía del país y para conseguir 210 millones de dólares en el mercado internacional de capitales. Ejecutó un Plan Nacional de Rehabilitación para atender principalmente a las zonas pobres que fueron directamente afectadas por el conflicto armado.

Los sectores en que más se invirtió fue en petróleo 37,9%, en minas y canteras 25,7% y en manufacturas 27,9%. Esto trajo como resultado la reconstrucción financiera de Colombia.

En otro hecho que marcó la historia de la república se encuentra el terremoto de Popayán. Se reflejaron 283 muertos y cerca de 7.500 heridos tras una sacudida de 5.6 grados en la escala de Richter. Alrededor de 2.500 viviendas quedaron destrozadas. Todo quedó en ruinas. La Alcaldía, La Gobernación, los colegios, las iglesias, todo.

Ese mismo día, el presidente electo hizo acto de presencia en el lugar del hecho. En medio de súplicas, desolación y desconcierto, los habitantes imploraron a Belisario ayuda inmediata para combatir la crisis. Luego, en su necesario discurso, prometió a la ciudad una resurrección. Al que apodo ‘Ave Fénix’. Dos años después llegaron 40 millones de dólares que sirvieron para su reconstrucción total.

El narcotráfico

 El narcotráfico fue otra piedra en el zapato con la que tuvo que enfrentarse desafortunadamente el gobierno de Betancur. Nada más y nada menos que Pablo Emilio Escobar Gaviria, jefe del famoso Cartel de Medellín. El hombre que para la memoria de muchos fue el que más causó daño al país. En 1984, específicamente el 30 de abril, luego de una insistente presión por parte del gobierno contra el cartel, sicarios de Escobar mataron al entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. Esto provocó que el mandatario decidiera imponer la extradición a los Estados Unidos a toda costa. Este fue el génesis de una lucha permanente en el país contra el narcotráfico.

Tres casos para el olvido

Un año más tarde, el miércoles 6 y jueves 7 de noviembre precisamente, ocurrió la Toma del Palacio de Justicia por parte del M-19. Se dice que Pablo Escobar ayudó a la guerrilla para que se llevara a cabo el plan contra el gobierno colombiano.

Esto se ideó por dos cosas. La primera era hacer más presión a la administración del país para que echara para atrás el decreto de la extradición. No bastaba con los carros bombas y los centenares de asesinatos, en su mayoría en Medellín y en la capital del país, sino que también tenían que ser partícipe de otra destrucción más.

La segunda y primordial razón fue porque la guerrilla quiso convocar a Betancur a un juicio público por la ruptura del cese al fuego acordada en las negociaciones de paz en los Acuerdos de Corinto en 1984. Sin embargo, a pesar de estos dos fatídicos días en la historia de Colombia, Belisario logró recuperar el Palacio de Justicia, luego de ordenar al Ejército nacional una inminente arremetida. Lastimosamente no contaba con la muerte de un gran número de personas. Funcionarios y civiles.

Es el día de hoy y aún existen familias que imploran a Dios que aparezcan los restos de sus seres queridos que contaron con la mala suerte de estar allí dentro durante la operación. Esta es una de las cosas por la que se arrepintió toda su vida Belisario. Una respuesta lenta.

Para colmo de males, en menos de una semana se produjo otro hecho que marcó la vida del hoy fallecido. El 13 de noviembre el volcán del Nevado del Ruiz entró en erupción. Se desapareció Armero totalmente. Al menos 31.000 personas perdieron la vida ese día en Tolima. Belisario fue quien quedó en el ojo del huracán porque a pesar de las anticipadas advertencias en octubre del 84 por una posible erupción del volcán, no presionó ni tampoco ordenó la evacuación de la población.

El problema del 52°mandatario nunca fue las malas decisiones, sino ‘el timing’ (tiempo) de saber cuándo actuar. Es el día y aún recordamos la imagen de la niña Omayra Sánchez, atrapada por el lodo sin escapatoria alguna.

La ‘frutilla’ del postre la puso casi al terminar su mandato, cuando en 1986, en un discurso de 99 palabras, le quitó la posibilidad a Colombia de ser sede de un campeonato mundial de fútbol. Expresó que no había posibilidad de que el país fuera anfitrión de la cita mundialista porque no podían atender las exigencias de la FIFA y que prefería disponer de ese dinero para el desarrollo del país.

Cabe resaltar que en 1974 Colombia había sido elegida por la FIFA para la organización del mundial, durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero. Esta decisión causó indignación a los colombianos. Además, se convirtió en el primero y único país en renunciar a ser sede de un mundial de fútbol.

Belisario Betancur Cuartas, como todo presidente, mostró virtudes y falencias. No se puede decir que nunca abogó por los suyos ni que tampoco cumplió lo prometido. A lo mejor las diferentes circunstancias que ocurrieron durante su gobierno no lo hicieron cumplir a cabalidad todo lo que tenía en mente para el país. El cambio radical que se esperaba nunca llegó, pero nadie puede negar que intentó acabar con la corrupción y la violencia de Colombia. Luchó siempre en pro del bienestar del pueblo colombiano, y eso es lo que se lleva a la tumba. Descanse en paz Belisario Betancur.

Premios

En 1983 se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, con motivo del compromiso de toda su vida con los valores permanentes del espíritu y de la cultura, a los cuales dedicó los mejores esfuerzos plasmados en un reconocida obra intelectual; su vigorosa y esforzada vida pública dirigida constantemente a la defensa de las instituciones democráticas colombianas.

En 2007 se le otorgó por unanimidad el XXI Preemio Internacional Menéndez Pelayo por su labor como valedor de nobles causas, en particular de la educación y la paz.

Fue miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes de la Academia Colombiana de la Lengua, la Academia Colombiana de la Jurisprudencia y la Academia Colombiana de Historia. En febrero de 2011, fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.  ​

Fue doctor honoris causa por las universidades de Georgetown, Colorado (Estados Unidos), así como por la Universidad Politécnica de Valencia (España). En noviembre de 2009, se le concedió el título de Doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Trujillo (Perú).