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Un ciudadano venezolano que se identificó como el sargento segundo de la Guardia Nacional de Venezuela, Ivar Eduardo Aguilar Navas, espera este lunes a las afueras de la Cancillería, donde se cumple la reunión del Grupo de Lima, poder presentarse como desertor ante el líder de la oposición y presidente interino de Venezuela con el reconocimiento de 50 países, Juan Guaidó.

El informe más reciente de Migración Colombia da cuenta de 156 uniformados venezolanos que han huido del régimen: 146 por Norte de Santander y 10 por Arauca.

El sargento Aguilar, por otra parte, huyó por La Guajira, desde hace dos meses, pero por temor no había manifestado su pertenencia a las Fuerzas Armadas del vecino país, además porque Caracas lo acusa de traición a la patria.

En entrevista con EL HERALDO, el suboficial venezolano narró: 'Deserté de mi país, Venezuela, por los horrores que se están viviendo allá. ¿Cómo es posible que un guardia nacional tenga que trabajar con presos, tenga que estar maltratando al pueblo? Yo me gradué fue para defender a mi país, mi bandera, no para golpear a los venezolanos'.

Sobre su huida, relató Aguilar: 'Llegué el 3 de enero, me traje a mi familia, tuve que cruzar por trochas. Esperé que me dieran un permiso, ya tenía suficiente dinero reunido y crucé por Maicao'.

Dice que resolvió revelar su identidad castrense por la avalancha de deserciones de uniformados del vecino país y por la presencia de Guaidó en Bogotá.

'No había pedido ayuda por miedo, porque llegué aquí con mi esposa y mi hijo, y por las necesidades también, porque allá un sueldo son como 20 mil soberanos y una harina pan te sale en 5 mil soberanos. (...) Estoy aprovechando la presencia del comandante en jefe, el ciudadano presidente, Juan Guaidó, para aprovechar también y hacer un cambio en Venezuela'.

Frente a lo ocurrido el sábado, en que la coalición de países que no reconocen al presidente chavista Nicolás Maduro intentó hacer llegar ayuda humanitaria al otro lado de la frontera, pero hubo gases lacrimógenos, balas de goma y la quema de dos camiones con alimentos y medicinas, dijo rechazar la respuesta de sus colegas venezolanos.

'No estoy de acuerdo con los actos violentos que hubo en la frontera porque hay un pueblo que se está muriendo de hambre, no hay medicinas, no hay alimentos, los hospitales no tienen capacidad para atender, no hay doctores, no hay maestros, el país está devastado', aseveró.

Finalmente, condenó una posible intervención militar y abogó por una salida pacífica: 'No estaría de acuerdo con una posible intervención militar en Venezuela, porque podrían caer inocentes, y podría haber como un baño de sangre. (...) La solución es que (Maduro) entregue el gobierno'.