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En medio del juicio contra los hermanos Francisco y Catalina Uribe Noguera por supuesto ocultamiento de información para encubrir a su hermano Rafael, la Fiscalía reveló nuevos videos en el Edificio Equus 66, donde fue asesinada la pequeña Yuliana Samboní, que demostrarían que los familiares estuvieron más de hora y media en el apartamento del asesino antes de llevárselo a la clínica Monserrat.

Los relojes de las cámaras de seguridad del edificio dan cuenta de que el domingo 4 de febrero de 2016, a las 3:32 de la tarde, llegó Catalina al edificio y 10 minutos más tarde ingresó Francisco. Luego, sobre las 3:46 de la tarde fue captado por otra cámara saltando una pared de la terraza del Equus, al parecer, para ingresar al apartamento de Rafael, condenado a 58 años de cárcel por la violación y el asesinato.

En la anterior audiencia, el ente acusador mostró los chats de los celulares de los hermanos Uribe Noguera el día de los hechos y durante 10 días después, que habían sido borrados de los teléfonos.

Ese día Yuliana fue secuestrada por Rafael en el humilde sector del Bosque Calderón, en los cerros orientales, y la llevó en su camioneta a la zona conocida como Chapinero Alto, a pocas cuadras. Luego, el cuerpo de la pequeña fue hallado a las 7 de la noche en el apartamento del Equus 66.

Catalina y Francisco, acusados de los delitos de encubrimiento, favorecimiento y ocultamiento de información, intercambian wasaps e incluso Catalina le dice a su madre, María Isabel Noguera, sobre Rafael: 'Lo llamé 11 veces y no contestó. Y apagó el celular. (...) Francisco entró por la terraza del apto del Eq 66. (...) Está adentro y estoy esperando que me abra o diga algo'.

Luego, tras el hallazgo, Catalina le dice a su madre: 'Le dije que no se tomara las pastillas (...) para el corazón'. Y la madre le contesta: 'Perfecto, dile que lo queremos tanto que solo piense en él, lo mejor para nosotros es que deje de sufrir. Dile que lo amamos y lo amaremos siempre'. Catalina repone: 'Ya le dije. Él se quiere morir, mami. No sé qué hacer para ayudarlo'. Y la mamá responde: 'Déjalo'. A lo que Catalina dice: 'Sí, pero acá no lo dejan. Le obligaron a tomarse unas pastillas para el corazón'.