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En Colombia está aumentando la edad en que las mujeres tienen su primer hijo. El último informe demográfico del Dane indica que se mantiene la variación negativa en la proporción de madres primerizas entre los 15 y 19 años de edad que viene desde el 2000, cuando el 41,7 % de esta población ya tenía un hijo, mientras en 2018 el porcentaje llegó a 33,7%. Aunque la reducción es de ocho puntos porcentuales, aún son altos los niveles de maternidad adolescente en el país.

Alexander Villarraga, director del departamento de Economía de Uninorte, dice que aunque los porcentajes de madres primerizas en edades adolescentes en Colombia sigue siendo alto con relación a países de la zona como Chile, Argentina, Uruguay y Panamá, es de resaltar la disminución como una señal más del proceso de transición demográfica en el que se encuentra Colombia: 'La tasa de fecundidad ha venido disminuyendo durante las últimas cuatro décadas y la esperanza de vida ha aumentado sin parar cada año'.

De acuerdo con Villarraga, algunos de los factores asociados a la disminución de la participación del grupo de mujeres más jóvenes están relacionados con el mayor acceso a la salud sexual y reproductiva de los adolescentes en el país, así como mayor acceso a la educación y la participación en el mercado laboral. 'Entre las generaciones más jóvenes es menos común la conformación de una familia sin haber consolidado previamente su formación o contar con un empleo que brinde los recursos necesarios para afrontar la maternidad', agrega el profesor.

Es de esperar que si la población joven opta por buscar un empleo que ofrezca ingresos adecuados para sustentar un hogar, haya una planeación que postergue la posibilidad de tener hijos. Villarraga sostiene que en el país la población joven tarda en encontrar un trabajo estable para consolidar proyectos familiares, por lo que esto podría verse como otro hecho generador de la disminución de la participación de madres más jóvenes.

Uno de los aspectos más importantes para esta tendencia nacional es el acceso de las mujeres a niveles de educación más elevados. María Esperanza Cuenca, profesora de Economía de Uninorte, señala que las mujeres que aplazan la maternidad en general alcanzan mayores niveles de escolaridad, de tal manera que aumentan la posibilidad de aumentar su independencia y sus ingresos.

'Se ha demostrado que mayores índices de escolaridad generan mejores hábitos asociados a la salud. Ahora bien, eso aumenta las brechas de bienestar, poniendo en desventaja a las mujeres más jóvenes que deciden ser madres', agrega Cuenca.

Cambios demográficos

A nivel mundial en las sociedades desarrolladas es común ver cambios demográficos en las poblaciones: cada vez se prolonga más la vida, mientras que las tasas de fecundidad decaen. En la economía hay variantes teóricas para analizar las consecuencias del crecimiento poblacional. La profesora Cuenca explica que los cambios poblacionales no se pueden explicar como un valor absoluto de favorabilidad o desfavorabilidad.

Hay quienes consideran que la población debe disminuir porque crecemos más que los recursos disponibles, mientras otras posiciones utilizan la evidencia de países como China para demostrar que el aumento de la población trae mejoras en el crecimiento económico.

'Debemos tener en cuenta que la población puede aportar en una importante medida en tres variables: el aumento en el consumo, de tal manera que el mercado interno crece; aumenta el capital humano, introduciendo importantes mejoras en la productividad; y aumentan los ingresos fiscales y los aportes a los fondos pensionales. Sin embargo, estas tres oportunidades dependerán de factores como la formación de las personas y su vinculación al sector formal de la economía', agrega Cuenca.

En contraposición, señala la profesora, al existir más personas se requiere mayor dinero en educación y salud, así como para la implementación de programas sociales tendientes a general mejoras en el bienestar. Por ejemplo, en Colombia más personas aumentarían la demanda de vivienda, que actualmente presenta déficit. Además, dos fenómenos colaterales se asocian al crecimiento de la población: las migraciones y

En últimas, para Cuenca, dos variables resultan decisivas para aprovechar el crecimiento poblacional. Por un lado, la legalidad en el trabajo, pues mientras la mano de obra se quede en la informalidad, bien sea de nacidos colombianos o de población proveniente de migración, sus efectos positivos en la economía serán limitados. Por otro lado, se requiere educación para que la población sea cualificada e impacte en la producción y dinamice la economía.